La presidenta de Casación, Ana María Figueroa, avisó a sus colegas durante una reunión de superintendencia que a partir de hoy, cuando cumple los 75 años, cesará en su función como cabeza de ese tribunal, pero que será solo momentáneamente: eso no implica renunciar a su condición de jueza y que espera la decisión que pueda tomar hasta fin de año el Senado para validarla por cinco años más. En el mientras tanto, ella no se tomará licencia ni firmará más sentencias a partir de hoy. No obstante, dejó dicho que ya transmitió su opinión o votos en todas las causas en las que actuó hasta ahora. Así lo relataron fuentes judiciales a medios metropolitanos.
Figueroa tenía que resolver junto a sus colegas Diego Barroetevaña y Daniel Petrone dos causas clave para la vicepresidenta Cristina Kirchner: si se deben hacer el juicio de Hotesur y Los Sauces; y el juicio de Memorándum con Irán. También intervenía en la causa Oil Combustibles.
A partir de mañana, la presidencia de Casación quedará a cargo de su vicepresidente Mariano Borinsky. Es en función del artículo 2 del reglamento de la Cámara de Casación se establece: “La Cámara Nacional de Casación Penal elegirá a su Presidente antes del 20 de diciembre de cada año observando el orden de ingreso al Tribunal. El ejercicio del cargo empezará el 1° de enero y terminará el 31 de diciembre de cada año, sin tener en cuenta para la elección que el electo hubiere ejercido la presidencia con carácter interino, o en reemplazo por licencia o acefalía. En la misma forma serán designados los Vicepresidentes primero y segundo quienes desempeñarán, en ese orden, las funciones del Presidente en caso de licencia o acefalía”. Técnicamente, la situación es de acefalía.
La reunión tuvo lugar ayer a la mañana en el primer piso de Comodoro Py 2002. Allí estuvieron Figueroa, en calidad de presidenta, y los presidentes de las cuatro salas: Daniel Petrone, por la Sala I; Guillermo Yacobucci, por la Sala II; Mariano Borinsky, por la Sala III; y Gustavo Hornos, por la Sala IV. También estaba el secretario del tribunal y algunos empleados. Se trata de una reunión habitual, pera esta vez tenía una significancia especial por la fecha.
Fue la propia Figueroa la que, al arrancar la reunión, hizo su anuncio que el resto escuchó en silencio. Según reconstruyeron las fuentes, Figueroa les anunció a sus colegas que por prudencia, si bien estaba esperando la resolución del Congreso, iba a cesar su cargo en la presidencia del tribunal. O en su interpretación delegar porque está a la espera del Senado.
Al escuchar eso, los participantes respiraron aliviados. No iba a darse ninguna situación de conflicto que, a partir de mañana, si la magistrada decidía mantenerse en el sillón de la presidencia del tribunal, los obligara a actuar. La decisión de Figueroa no implica ni renunciar ni pedir licencia. Eso abre a partir de ahora los interrogantes. ¿A partir de hoy es aún jueza? ¿Pueden salir sentencias con su firma? ¿Hasta cuándo es el tiempo límite?”.
En el entorno de Figueroa hablan de una resolución de 2017, apenas salió la resolución de la Corte en el fallo Schiffrin, del Consejo de la Magistratura que le permite mantenerse en su cargo mientras dure el trámite parlamentario. Los que no comparten esa mirada, mientras tanto, tiran con otra parte de la biblioteca.
COMENTARIOS