La justicia federal buscará determinar cuáles fueron las motivaciones que llevaron al expolicía Jorge Bacigalupo a manipular los anotadores atribuidos al exchofer del ministerio de Planificación Federal Oscar Centeno, que dieron origen a la famosa "Causa de los Cuadernos" por la que fueron detenidos decenas de empresarios y exfuncionarios públicos.
Con ese objetivo, el juez Marcelo Martínez de Giorgi dispuso la extracción forense de información de los dispositivos móviles y electrónicos secuestrados en la casa de Bacigalupo en marzo pasado, cuando fue allanado en busca de manuscritos que permitieran comparar su letra con la de las correcciones detectadas en los cuadernos.
Ahora, luego de que un peritaje oficial la intervención de Bacigalupo en algunos de los cuadernos atribuidos a Centeno, el juez dispuso que se abrieran los teléfonos para buscar elementos que puedan permitir detectar las razones que llevaron al imputado a manipular los textos que luego pondría en manos de un periodista del diario La Nación. Con la información que tiene el expediente hasta el momento, Bacigalupo podría ser sindicado como autor del delito de falsificación de documento público.
En el marco de este expediente, sin embargo, hubo también un peritaje lingüístico que el juzgado de Martínez de Giorgi recibió en julio pasado que arribó a conclusiones más amplias que permiten adivinar que los imputados de la causa de los cuadernos reclamaran que se convierta en prueba de ese caso, como ya lo hizo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Ese peritaje, realizado por especialistas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) determinó que existen diferencias de escritura entre los cuadernos correspondientes a los años 2008/2009 y los que supuestamente escritos entre 2013 y 2015, que permitirían pensar que los últimos fueron escritos de corrido y no de modo espontáneo a medida que el chofer iba registrando sus viajes.
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