En un insólito giro, Marcela Acuña escribió una carta desde su celda en el Departamento Violencia Familiar y de Género de Resistencia, Chaco, en la que apuntó directamente contra su hijo César Sena por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, ocurrido el viernes 2 de junio en la casa de la familia. La carta fue distribuida por Patricia, su hermana.
Acuña, que está en huelga de hambre hace 17 días, sumó fuertes implicancias políticas a su relato. Dijo en el mensaje que tanto ella como Emerenciano Sena se encuentran presos “siendo inocentes” y que esta es una “causa armada” por el “partido judicial”, por la Unión Cívica Radical y por los medios de comunicación que los “inculpan sin pruebas”.
“Encontraron el punto exacto para atacarnos en serie a Emerenciano, a lo que él significa, y a Capitanich, en un escenario electoral, donde lo que tienen son los grandes medios a su favor”, expresó.
“¿Por qué, si fue César (mi hijo) responsable, nos incriminan a nosotros? Creo que por muchos motivos, principalmente la grieta que vivimos como patria, nosotros somos parte de una generación nueva junto a Emerenciano”, siguió luego.
La carta
“Presos con Emerenciano siendo inocentes; con una causa armada desde el partido judicial y radicales. No hay que confundir, una cosa es el hecho del femicidio de Cecilia, repudiable desde todo punto de vista, y otra cosa es el querer inculparnos desde una fiscalía que sin pruebas nos tiene no solo encerrados, paseándonos como trofeos con esposas como delincuentes, sino que nos mete en una causa con una carátula que no se sostiene hacia nosotros con pruebas, solo con supuestos”.
“¿Por qué, si fue César (mi hijo) responsable, nos incriminan a nosotros? Creo que por muchos motivos, principalmente la grieta que vivimos como patria, nosotros somos parte de una generación nueva junto a Emerenciano. Hemos dado dignidad junto a un proyecto nacional y popular que nos permitió hacerlo, no solo a nosotros, sino a cientos de dirigentes que iniciaron, de alguna manera, el camino de la autogestión. Y este hecho para el país que no queremos volver (2002) es imperdonable”.
“Encontraron el punto exacto para atacarnos en serie a Emerenciano, a lo que él significa, y a Capitanich, en un escenario electoral, donde lo que tienen son los grandes medios a su favor, y una Justicia de calzoncillos flojos que, indudablemente, influenciados por los grupos económicos que manejan los grandes medios, no dudó en encerrarnos y prenderse a los desmanes del falso periodismo, sumado a las redes ilícitas de difamación, los cuales son muchos”.
“Los radicales se hicieron ver y por desgracia, tomaron el dolor de un pedido por bandera política, mezclando todo y dando mucho para que se tergiverse los medios”.
“Creo que a esto se sumaron los que responden directamente a la matrícula ideológica de los dictadores militares, portales truchos que siempre en nombre de la patria anhelan matar de alguna manera a nosotros “los negros” y aquí estamos en esa batalla donde los que estamos encerrados somos nosotros, no ellos, y nuestra vulnerabilidad, sin tener voz y privados de libertad, hace que seamos socialmente culpables”.
“Condena social por ser papá y mamá de César, por ser piquetero, por ser socialistas, por haber tenido a mi padre por razones políticas, por haber levantado la bandera cubana con la argentina, por amar a un caudillo rojo (Emerenciano), por haber hecho Emerenciano más de 400 casas y estamentos públicos, Sinem presos por haber creado bibliotecas, centros de recreación y tanto más”.
“Todo esto nos hace culpables, clan, mafiosos para la Justicia y para aquellos oportunistas que creen que van a volver a gobernar la provincia, y que con el encierro a Emerenciano y la exposición pública van a ganar y gobernar”.
“Somos inocentes y aquellos que actúan con malicia, que Dios los perdone, han generado mucho dolor y eso todo Dios ve. No se usa el dolor ajeno para posicionarse en una sociedad que cree en los medios de comunicación. Seamos realistas.”
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