Sergio Massa presidió el congreso del Frente Renovador y afirmó que su espacio seguirá en el Frente de Todos.
Sergio Massa presidió el congreso del Frente Renovador y afirmó que su espacio seguirá en el Frente de Todos.
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

El duelo entre Larreta y Bullrich conmueve los cimientos de JxC y muestra la grieta opositora

Como nunca, quedó en evidencia la confrontación ideológica entre la exigencia de pureza del ala dura del PRO y el modelo frentista que impulsa el alcalde porteño.

La grieta de Juntos por el Cambio quedó más expuesta que nunca en la semana por las fuertes diferencias entre los presidenciables del PRO, que se extendieron a toda la coalición, y crecen las dudas que pueda ser restaurada tras las primarias del 13 de agosto: conviven enconos personales hasta divergencias en la confección de la arquitectura que debería tener un eventual gobierno para implementar las reformas que necesita Argentina para salir de la crisis.

El terremoto interno que produjo el intento del alcalde porteño de sumar al gobernador Juan Schiaretti a JxC quitó resonancia a la interna del oficialismo. La mayor atención por estas horas se la llevan las discrepancias en el armado opositor. La intentona de Larreta de incorporar al espacio al mandatario cordobés, y aliados del peronismo no kirchnerista como Florencio Randazzo, se encontró con la resistencia del ala dura del PRO y del radicalismo, no sólo de Córdoba.

Aunque no se vea plasmada en el cierre electoral previsto para este miércoles, el alcalde porteño intentará mantener latente la alianza con Schiaretti con la difusión de un documento que pondrá de manifiesto las “coincidencias básicas” entre ambos sectores. La apuesta es sentar las bases para un ulterior acuerdo en caso que el jefe de Gobierno porteño ingresara al balotaje.

El cada vez más visible tándem electoral que componen Bullrich y Mauricio Macri salió a cruzar esta iniciativa y a acusar a Larreta de forzar un quiebre de JxC por distintos factores, entre los que se contarían los efectos perniciosos que traería este acuerdo a la candidatura a gobernador de Luis Juez en Córdoba. El expresidente no dudó en salir a cuestionar en público este pacto.

“Debilidad”

En el campamento de Bullrich atribuyen la propuesta larretista a una situación de “debilidad” porque, aducen, “nadie que esté ganando se abraza a una estrategia frentista” y cuestionan, además, que esta decisión se ha tomado “de espaldas” a las autoridades del PRO. Al alcalde porteño, con todo, la iniciativa le sirvió para mostrar su interés en ampliar la base política de la coalición dado que las reformas pendientes requerirán de mayorías especiales para aprobarse en el Congreso y, al mismo tiempo, para actuar con “independencia” política del expresidente. La sombra del fundador del PRO sobre Bullrich, después de los condicionamientos que ha sufrido Alberto Fernández por parte de la jefa política del Frente de Todos, podría volverse en contra de la exministra de Seguridad en algún momento de la campaña.

Son muestras, a la postre, de diferencias irreconciliables en el “partido amarillo” que vienen arrastrando a los socios del radicalismo y de la Coalición Cívica a una disputa política de imprevisibles consecuencias hacia el día después de las PASO. 

Incertidumbre

Si tal como vienen afirmando sus referentes no hay riesgo de quiebre de JxC rumbo al 13 de agosto, sí existe una gran incertidumbre en lo que pueda ocurrir en el período posterior que va hasta las generales del 22 de octubre. “El problema de Larreta es que sube a todos al micro pero después hay que pagarles”, opinó un integrante de la mesa chica de la CGT que tiene buen vínculo con el alcalde porteño y hoy observa con preocupación la crisis de identidad que registran las dos principales coaliciones.

Esta brutal disputa por las candidaturas en medio de una grave situación socio-económica es la que gatillaría, según el jefe sindical consultado, el crecimiento en las encuestas de Javier Milei. Es el temor a un escenario en el que el dirigente libertario sea el más votado el 13 de agosto seguido por los postulantes de JpC, el que impulsa a Cristina, a Massa y a la mayoría de los gobernadores peronistas a “exigir” que el FdT vaya a los comicios con un candidato de unidad.

Por eso en la semana redoblaron la presión contra Alberto Fernández para que desista de estimular el posicionamiento de Daniel Scioli y Agustín Rossi como presidenciables del oficialismo. Aunque niegue estar involucrado en esa labor, el jefe de Estado compartió sendos actos con cada uno de los precandidatos; dos de sus más estrechos colaboradores, Santiago Cafiero y Aníbal Fernández, trabajan en la campaña del exgobernador bonaerense.

“No hay un candidato de consenso”

En Casa Rosada se defienden de las acusaciones y sostienen que “hoy no hay candidato de consenso” tal como demanda la Vice. Massa encabezó ayer el Congreso del Frente Renovador para acompañar este reclamo. Pretende que el FdT, o el nuevo sello que podría inscribirse el 14 de junio con el objetivo de “oxigenar” la desgastada marca del oficialismo, compita con un solo postulante que evite eventuales “ruidos” en la economía. Pero el tigrense aún tiene por objetivo que la “unidad” se arme detrás suyo: pese a los malos datos de la economía aún sueña con ubicarse en lo más alto de la boleta del armado oficial.

El mayor problema que tiene el titular del Palacio de Hacienda es la resistencia de algunos gobernadores e intendentes del GBA pero también estar al frente de una gestión que no pudo sortear los graves problemas de la economía. En las últimas horas suspendió su viaje a Washington porque aún no hay acuerdo con el FMI para el adelantamiento de los desembolsos previstos para todo el año y las consultoras privadas que releva el Banco Central estimaron casi un 150% de inflación para el 2023. 

La movida de Cristina

Mientras, Cristina aún medita a quién ungirá como el candidato presidencial del oficialismo. Si bien mantiene vigente su alianza con el líder de FR, hoy sus favoritos serían Wado de Pedro y Axel Kicillof. Un sector de su espacio liderado por su hijo Máximo, en tanto, viene empujando una alquimia electoral que la aleje de los pobres resultados de la actual administración frente a un electorado desencantado. Se trataría de resucitar el aura de lo que fue Unidad Ciudadana, en 2017, un sello identificado con el kirchnerismo en la “resistencia”, esta vez con el actual mandatario bonaerense como aspirante a la primera magistratura. Primero, está claro, deberá definirse cómo se inscribirán las candidaturas el 24 de junio: si en una sola lista o habrá competencia interna en las PASO.

COMENTARIOS