La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, evitó ayer hablar de las candidaturas pese a un clamor multitudinario reunido en la Plaza de Mayo para su acto de conmemoración de los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner como presidente, oportunidad en la que calificó a la Corte Suprema de Justicia como un “mamarracho indigno”.
Cristina Kirchner sorprendió al asegurar que la gestión del presidente Alberto Fernández es “infinitamente mejor de lo que hubiera sido otra de Mauricio Macri”. Y aunque evitó dar pistas sobre eventuales candidaturas, o suya o de algún dirigente de su entorno, sí se rodeó de hombres que forman parte de su contexto más próximo y del cual saldría el postulante para las elecciones presidenciales.
En ese sentido, a su derecha se paró el gobernador bonaerense, Axel Kicillof y a su izquierda, junto a Máximo Kirchner y su familia, los ministros del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y de Economía, Sergio Massa.
Tras brindar una serie de antecedentes de las gestiones del kirchnerismo en el Gobierno y de cuestionar a diversos sectores concentrados de la economía, la exmandataria exclamó que “nunca fui de ellos ni lo voy a ser. Hagan lo que hagan, me quieran matar, meter presa, yo soy del pueblo y de ahí no me muevo”.
También propuso una serie de ejes que debe contener el próximo programa de Gobierno, como revertir el acuerdo del pago de la deuda con el FMI porque, advirtió, “si no logramos que sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, industrialización e innovación tecnológica va a ser imposible pagarlo, por más que digan lo que digan”.
La exmandataria remarcó que el préstamo de ese organismo al Gobierno de Mauricio Macri otorgado en 2018 fue de carácter “político”, por lo que “política tiene que ser la solución”, y citó a Néstor Kirchner cuando “decía que los muertos no pagan la deuda”.
La titular del Senado en ese punto cuestionó a Macri pero sobre todo al propio organismo, entonces dirigido por la economista francesa Christine Lagarde, porque, insistió, “no tiene la culpa el chancho sino el que le da de comer”.
Repasó, además, la crisis con el campo en 2008 y cuestionó sin nombrarlo al entonces ministro kirchnerista Martín Lousteau, a quien responsabilizó de ponerla en riesgo de que le quede “el país de sombrero”.
Así como criticó con dureza al gobernador jujeño y precandidato presidencial de Juntos por el Cambio, Gerardo Morales -también sin nombrarlo- al decir que hay dirigentes que “se ponen contentos porque en Bolivia y Chile sacaron legislaciones que cuidan el litio”. “Se piensan que entonces (las inversiones extranjeras) van a venir acá; ¡Qué vocación de colonia!”, manifestó.
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