El chef Guillermo Calabrese, discípulo del icónico “Gato” Dumas, emblema del ciclo televisivo “Cocineros argentinos” y reconocido por transmitir con carisma su pasión por la gastronomía, con una impronta popular y accesible, falleció ayer a la madrugada a los 61 años de un paro cardíaco, informaron fuentes sanitarias y policiales.
Calabrese estaba en el departamento de su hija, ubicado en la avenida Dorrego al 2000, en el barrio porteño de Palermo de la ciudad de Buenos Aires. Aunque el cocinero vivía en Pilar, había decidido pasar la noche ahí para no viajar tanto y descansar mejor antes de unos compromisos laborales que tenía temprano ayer.
Durante la noche “Cala” se descompensó y su familia llamó al Same. Al arribar al lugar los médicos constataron que había sufrido un paro cardiorrespiratorio, le realizaron las maniobras de reanimación y lo trasladaron en ambulancia al hospital Fernández, donde intentaron reanimarlo sin éxito.
“Se le hicieron todas las maniobras de resucitación en la ambulancia, que resultaron infructuosas y se lo declaró fallecido a las 2.30”, detalló esta mañana a la prensa el director del Fernández, Ignacio Previgliano, quien además informó que el jueves mismo Calabrese se había realizado un chequeo médico en otro centro asistencial y que “las cosas no le habían salido muy bien”.
“Hasta ayer estuvo trabajando en televisión. Esto fue lo que se llama una muerte súbita. Seguramente él era un hombre con factores de riesgo cardiovascular, era diabético, obeso y son factores de riesgo que pueden conducir a esto, a una muerte súbita”, sumó Previgliano.
Criado en un hogar de raíces sicilianas que hacía “culto a la buena mesa”, como dijo alguna vez en declaraciones televisivas, la vocación de Calabrese por la cocina tardó en materializarse.
Siguiendo un mandato paterno, al terminar el colegio secundario comenzó a estudiar Medicina, pero a los 25 años, en quinto año de la carrera, tomó la decisión de abandonarla para seguir su verdadero camino.
A mediados de los 80 Carlos Alberto “el Gato” Dumas era un ícono culinario y Calabrese un asiduo cliente de sus restaurantes. Sin rodeos, tomó coraje y le pidió ser su aprendiz. Allí empezó a trabajar “desde abajo” y, en tan solo tres años, pasó de limpiar la cocina de uno de sus establecimientos a convertirse en jefe de cocina. Luego de fundar numerosos restaurantes, la dupla se convirtió en un emblema de la cocina televisiva y en 1998 fundaron el Gato Dumas Colegio de Gastronomía.
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