Una investigación que comenzó por una causa de explotación de personas en un departamento privado en el que mujeres ofrecían sexo a cambio de dinero, terminó con el descubrimiento de un museo nazi en un estudio jurídico que tenía relación con la vivienda donde se llevaba a cabo la práctica de explotación sexual.
La causa se inició porque los vecinos de un edificio del centro de la Ciudad, ubicado sobre la calle Libertad al 300 se quejaron por ruidos molestos. Eso inició una investigación que duró meses y en la que finalmente se allanaron tres domicilios en Caba por delitos de índole sexual.
En uno de los lugares, se estableció que funcionaba un departamento privado, comprobándose la existencia de mujeres extranjeras que ofrecían sexo a cambio de dinero. Es por ello que estas personas fueron asistidas por personal de la Dirección de Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de las Personas Damnificadas por el Delito de Trata del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación de Rescate, y como resultado de la inspección el lugar fue clausurado por la policía.
Pero en los restantes departamentos se descubrieron objetos impensados. En un estudio jurídico y un domicilio particular se hallaron diversos elementos vinculados al domicilio donde se llevaba a cabo la práctica de explotación sexual. Allí, los efectivos se llevaron una gran sorpresa, ya que existía una especie de museo con elementos relacionados a la doctrina NAZI, como por ejemplo brazaletes, libros, llaves, escudos, fotografías, destacando bibliografía, autografiada por un piloto de combate y de aviación de la Luftwaffe (Fuerza Aérea Alemana).
De esa forma se convocó al personal del Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (D.U.I.A.) de la Superintendencia de Investigaciones Federales y expertos del Museo del Holocausto, quienes sugirieron el secuestro de ese gran hallazgo.
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