Los principales consultores económicos corrigieron fuertemente al alza sus proyecciones de inflación para el próximo año según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Banco Central. El informe recoge diversos pronósticos sobre el índice de precios y, en todos los casos, las expectativas son muy superiores en comparación con un mes atrás.
En el caso de la inflación para 2023, el REM espera un 110%, lo que implica un alza de 10,2 puntos porcentuales (p.p.) con relación a la edición anterior. Para los próximos 12 meses se aguarda una inflación del 113,3%, una suba de 9,7 p.p. con respecto a febrero. En el cálculo para los próximos 24 meses, también se modificó al alza: se prevé una suba interanual del 78%, casi 5 p.p. más que el mes anterior.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo se estimó en 7%, también por encima del 6,3% pronosticado un mes atrás. Para abril, el REM espera una desaceleración a 6,3% y, en los meses siguientes, una serie de cifras similares que oscilan entre el 6% y el 6,2% esperado para septiembre. Este último dato muestra que no hay indicios de un freno para la inflación en los próximos 7 meses, que es el período analizado por el REM en cuanto a mediciones mensuales.
De este modo, en la City se prevé uno de los escenarios más temidos por el gobierno. Considerando que las elecciones Paso se celebrarán el 13 de agosto, es claro que se llegará a votar con una inflación tan alta como la actual, con guarismos consolidados en el 6 por ciento.
En todos los casos, el aumento de la previsión mensual de la inflación entre marzo y agosto se ubicó entre 0,3 y 0,4 p.p. por encima del mes pasado, confirmando la tendencia. En el informe de febrero, los índices esperados por los consultores no llegaban al 6% en ningún mes entre marzo y agosto.
Los números del REM de marzo marcan un punto de inflexión en cuanto a la previsión de los analistas. Tras el pico de 7,4% en julio del año pasado, enmarcado en la salida de Martín Guzmán del Palacio de Hacienda y el breve mandato de Silvina Batakis, el IPC tuvo un bimestre de desaceleración hacia fin de año. Pero en 2023 se retomó la senda ascendente, con 6% y 6,6% para enero y febrero, respectivamente. Y los 40 consultores y bancos que aportaron sus proyecciones en esta edición del REM del Bcra tomaron en cuenta ese giro.
En febrero, el gran impacto se sintió en el rubro alimentos y bebidas, que se disparó un 9,8%. Para marzo, se espera que el efecto de la renovación del plan Precios Justos consiga contener los precios de la canasta básica pero a la vez habrá varios factores que empujarán la suba de la inflación por el lado de los precios regulados. La reducción de los subsidios traerá aumentos en las facturas de electricidad, gas y agua, al mismo tiempo que subirán las prepagas y los colegios privados, que fueron autorizados a aumentar como parte de un acuerdo sellado con el Gobierno que los obliga a alinearse con Precios Justos en el resto del año. También habrá aumentos en el transporte.
En el caso de la inflación núcleo, que es aquella que no incluye precios estacionales ni regulados, como el mencionado caso de las tarifas, el REM de marzo no difirió mucho de la inflación general. Para marzo se espera un 6,8% (+0,8%), con una variación entre 6% y 6,3% hasta septiembre. Para 2023 se espera un 109,8% y para los próximos 12 meses un 113,1%, pronósticos muy similares a los aguardados para el IPC general.
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