Los cuatro miembros de la Corte Suprema arrancaron el año con la intención de mostrarse activos e involucrados en los problemas de la sociedad mientras siguen atentamente el proceso de destitución que pesa sobre ellos, habilitado por el oficialismo en el Congreso.
El primer encuentro del año entre los ministros Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda, celebrado el jueves pasado, apuntó a que los jueces dieran un mensaje de unidad ante los planteos de juicio político y que desde la cúspide del Poder Judicial se “dialogue” con la sociedad mediante audiencias públicas.
La posibilidad de convocar a las partes de un litigio al Palacio de Tribunales para que ofrezcan sus argumentos es un instituto que la Corte ordenó en 2007 para “elevar la calidad institucional en el ámbito del Poder Judicial y profundizar el estado constitucional de derecho”.
Cuando Rosatti llegó a la presidencia de la Corte en octubre de 2021 acordó con Rosenkrantz y Maqueda recuperar este procedimiento, por el cual en el foro judicial se discuten jurídicamente temas relevantes. Así, el año pasado se debatió largamente en el Palacio de Talcahuano el uso del cannabis medicinal y el “derecho al olvido” en relación a los buscadores de Internet que, efectivamente, mostró al máximo tribunal en un lugar de “árbitro social”, según definen colaboradores de los miembros del organismo.
El primer consenso de la Corte para este año fue que se repetirá esa experiencia convocando a discutir los dilemas de la salud reproductivas, vía un conflicto con embriones criopreservados; el pedido colectivo para que cese la explotación de un yacimiento de YPF en el Parque Nacional Calilegua de Jujuy, y un conflicto de marca de la empresa de riesgo crediticio “Veraz”.
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