El Gobierno transita estas etapas previas a las definiciones electorales cruzado por una disputa interna cada vez más sostenida. El kirchnerismo ha profundizado el plan de escurrimiento de poder de Alberto Fernández que se verifica en casi todos los ámbitos institucionales: le vacía actos, lo deja a la intemperie de respaldo y sus funcionarios se mueven distantes de la gestión como si ya no formaran parte de ella a pesar de estar sentados sobre resortes de poder importantes que, aun en medio de la crisis oficial, siguen manejando a discreción.
Esa dicotomía deja a Alberto Fernández en el incómodo lugar de seguir gestionando abrazado a los logros que pudiera conseguir Sergio Massa. Vaya paradoja: como si fuera una tabla de salvación, el ministro de Economía parece constituirse también en la principal apuesta de Cristina Kirchner para la batalla electoral. El Presidente resiste transformarse en un dirigente resignado a dejar el poder sin ofrecer reparos.
Trabaja en reflotar su propia candidatura pese al ostensible desprecio político y hasta personal del kirchnerismo. Sus principales espadas dialécticas no cesan en la ofensiva. “No podemos condenar la estrategia electoral de 2019 porque una persona no haya estado a la altura de las circunstancias”, disparó el camporista Andrés “Cuervo” Larroque hace unos días.
No son palabras lanzadas al azar. El ministro de Desarrollo Social de Axel Kicillof se ha transformado en el principal vocero de Cristina Kirchner. Sus palabras traducen el cabal pensamiento de la Vicepresidenta que desde hace tiempo dejó de hablar con el Presidente. Incluso la estrategia de embestir contra la Corte Suprema a través del Congreso fue definida por intermediarios.
Para el Instituto Patria, Alberto Fernández ni siquiera es un nombre que aparezca en la grilla para competir en las Paso. La gran apuesta es Massa; si el timón de la economía se le escapa de las manos, la alternativa es que Daniel Scioli sea colocado al frente el barco electoral oficialista. El ex gobernador bonaerense está dispuesto a dar esa batalla. Cuentan que hasta lo habló con la propia Cristina Kirchner.
Operativo clamor
Pero en forma paralela asoman otras cuestiones de relevancia: parece estar en marcha un nuevo operativo clamor para que Cristina sea candidata. A algunos pronunciamientos públicos de las últimas horas se sumaron las versiones cada vez más insistentes acerca de una movilización que está preparando el kirchnerismo para el 24 de marzo.
Esa sería la fecha y el ámbito elegido para pedirle a la Vicepresidenta que revea su decisión de no integrar listas este año luego de recibir la condena por la causa Vialidad. Ella podría ser candidata en estas circunstancias, aun cuando plantea que ha sido proscripta. Justamente “romper la proscripción” aparece como el eje convocante a esa demostración pública.
Massa, mientras tanto, elude definiciones como en el tema de la Justicia y se concentra en el objetivo de bajar la inflación. Es esa su carta brava para sostener su anhelado proyecto presidencial. El ministro transitó una semana compleja porque los datos de la evolución de los precios en la primera quincena de enero no habrían sido los esperados.
Diversas consultoras proyectan que el costo de vida del primer mes del año se parecerá, como mínimo, al 5,1 por ciento de diciembre. Se trata de una piedra en el camino que parece dejar más lejos el sueño del tigrense de que en abril la inflación comience con el número 3.
El ministro jugó fuerte además con una medida polémica: la recompra de bonos de deuda por unos mil millones de dólares. El anuncio llegó en medio de las turbulencias del dólar y una disparada que colocó el valor del blue en números inquietantes.
Pareció ser una jugada vinculada más a frenar esa escalada que inevitablemente termina impactando en los precios, que una medida destinada a bajar la tasa de riesgo para seducir inversores.
Massa quedó envuelto en una polémica que tiene que ver con la oportunidad de salir a jugar esa ficha que pone en juego el 10 por ciento de las reservas del Banco Central, en un escenario futuro de escasez de divisas por la sequía que en el campo estiman de unos 15 mil millones de dólares menos en relación a lo liquidado el año pasado por el complejo agropecuario.
También existe una cuestión de prioridades: hay demoras de 8 mil millones de dólares en despachos de importaciones que están frenados y que impactan sobre distintos sectores productivos.
El eje Macri
La oposición, mientras tanto, se balancea sobre el eje que supone la figura de Mauricio Macri. El ex presidente se muestra activo y coquetea con una candidatura presidencial que podría modificar dramáticamente el escenario actual que muestra por un lado a Horacio Rodríguez Larreta y a Patricia Bullrich compitiendo por el PRO, más los movimientos del radicalismo de la mano de Facundo Manes (que retoma su campaña por estas horas) y el jujeño Gerardo Morales.
Macri será protagonistas por estas horas de un hecho político al que en todo Juntos por el Cambio se le otorga una enorme trascendencia: la cumbre con Bullrich en Villa La Angostura. Ese encuentro se leerá, más allá de lo que trascienda respecto del contenido de la charla, en su costado gestual. Hace unos días el ex presidente se reunió con Rodríguez Larreta también en aquél paraíso patagónico, pero no hubo foto.
¿La habrá con la presidenta del PRO? De arranque, la cumbre viene precedida de otra señal que en el partido amarillo no se pasó por alto: Macri no sólo invitó a su casa a Bullrich sino también a su esposo.
Rodríguez Larreta jura y perjura que, si Macri es candidato, lo enfrentará. En tanto, busca un candidato a vicepresidente radical y el nombre que más se menciona en el gobierno porteño es el de Morales. Bullrich va por el mismo objetivo: un dirigente de la UCR para que la secunde. Caída la posibilidad de Alfredo Cornejo, que irá por la gobernación de Mendoza, sondea alternativas. En las últimas horas visitó al gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, quien se deshizo en elogios hacia la ex ministra de Seguridad.
Pese a esas internas y los chisporroteos en algunas provincias, Juntos por el Cambio ha logrado exhibir como valor agregado la virtud de permanecer unido. Con la que viene serán 12 las elecciones nacionales en que la coalición logró surfear tensiones desde terrenos disímiles: siendo oficialismo y oposición. Esa consolidación la pone de cara a un desafío inmenso: representar una propuesta confiable y seductora que se visualice como alternativa de gobierno.
Moreau y "el ejercicio mafioso" del Poder Judicial
El diputado nacional Leopoldo Moreau aseguró que el camino para recuperar el Estado de Derecho es recurrir a "Tribunales y Organismos Internacionales, al amparo de Tratados que tienen categoría constitucional", y mencionó como antecedente el "camino" legal que llevó a cabo el presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva para denunciar las irregularidades de la causa Lava Jato más allá de las fronteras.
El legislador del Frente de Todos advirtió además que en la Argentina "el servicio de justicia está obturado" ya que "los lugares más estratégicos de la conducción del Poder Judicial están ocupados y copados" por magistrados que demuelen cotidianamente el Estado de Derecho con "un ejercicio faccioso, partidista y mafioso" de su actividad.
El titular de la Bicameral de seguimiento de los organismos y actividades de Inteligencia se refirió al escándalo producido por el vuelo privado de jueces y fiscales a Lago Escondido y recordó asimismo las visitas a la quinta de Olivos y a la Casa Rosada durante la gestión de Mauricio Macri que realizaban miembros de la Cámara Nacional de Casación Penal.
"Jueces y fiscales, que no por casualidad conformaron el núcleo duro de la persecución política al movimiento popular, aparecen desfachatadamente como beneficiarios de dádivas y prebendas otorgadas por una empresa de medios, que también ha sido punta de lanza de ese hostigamiento", remarcó en alusión al viaje a Bariloche de los jueces Julián Ercolini, Carlos Mahiques, Pablo Yadarola y Pablo Cayssials, quienes fueron recibidos por los directivos del Grupo Clarín Pablo Casey y Jorge Rendo.
COMENTARIOS