La Justicia federal busca determinar por estas horas si detrás del intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ocurrido el pasado 1 de septiembre, hubo autores intelectuales o instigadores distintos a aquellos que finalmente oficiaron de mano de obra.
Con la investigación amesetada en términos de resultados, los investigadores trabajan con total hermetismo sobre una serie de pistas aportadas por la querella que está convencida que detrás del ataque fallido hubo instigadores que podrían tener nexos con la política.
Para la querella, los detenidos Fernando André Sabag Montiel y Brenda Ulliarte, procesados como coautores del intento de homicidio, y sus supuesto cómplices Agustina Díaz y Nicolás Gabriel Carrizo, son solo parte de la banda de "autores materiales".
"Nadie puede pensar que esa banda planificó o ideó la autoría intelectual de lo que me hicieron", resumió la propia Vicepresidenta semanas atrás cuando intervino en el juicio que se le sigue en la denominada causa vialidad.
Los cuatro detenidos por el caso ya fueron procesados: los procesamientos de Sabag Montiel, quien empuñó y gatilló una pistola frente a la cabeza de Fernández de Kirchner, están firmes porque no fueron apelados por sus respectivos defensores oficiales.
Distinto es el caso de Díaz, amiga íntima de Uliarte, y Carrizo, jefe de la denominada banda de los copitos: están procesados con prisión preventiva como supuestos partícipes secundarios del intento de magnicidio, pero esa decisión fue apelada por sus abogados defensores.
En ese contexto, la Cámara Federal porteña convocó para el próximo miércoles a una audiencia para escuchar a los defensores de Díaz y Carrizo, antes de resolver si confirma sus procesamientos con prisión preventiva.
Los cuatro procesamientos dispuestos en la causa constituyen para los investigadores y para la querella el resumen de la primera parte de la investigación, aquella enfocada en el "primer círculo", mientras que ahora los esfuerzos se enfocan en determinar si hay algo detrás.
Existen, en ese marco, líneas de investigación con datos muy sensibles que se trabajan en legajos reservados. Con el cuidado necesario para no revelar datos que se trabajan en secreto, el abogado de la querella José Manuel Ubeira, sostuvo que de confirmarse algunas sospechas "estaremos ante un problema grave desde el punto de vista político".
"Al principio era una hipótesis, pero ahora va tomando cuerpo", dijo el abogado y habló de los posibles vínculos políticos de los atacantes "con grupos de la derecha" que podrían haber estado interesados en generar situaciones de violencia política.
COMENTARIOS