La Argentina apoyó en la Organización de Estados Americanos (OEA) una resolución presentada por Antigua y Barbuda y acompañada por Canadá, Chile, Costa Rica, Estados Unidos, Perú y Uruguay, que condena la persecución religiosa y la censura de prensa ejercida por el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega. La votación resultó a favor por 27 votos, 4 abstenciones, 1 voto en contra y 2 ausencias.
San Vicente y Granadina rechazó la condena, se abstuvieron Bolivia, El Salvador, Honduras y México, los dos ausentes fueron Colombia y Nicaragua —que renunció a la OEA—, y los restantes estados miembros condenaron las acciones dictatoriales del régimen sandinista. El embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi, no estaba de acuerdo con la posición de la Cancillería —que cumplía con las instrucciones de Alberto Fernández— y faltó a la cita diplomática: en su lugar, votó a favor María Cecilia Villagra, representante alterna ante la OEA.
El embajador Raimundi no adelantó al Ministerio de Relaciones Exteriores que cedía su responsabilidad diplomática a la representante alterna Villagra. Fue su decisión unilateral. Ortega intensificó la persecución de la Iglesia de Nicaragua por sus constantes denuncias contra el régimen sandinista, que multiplica la detención de presos políticos, endurece la censura previa sobre los medios de comunicación y viola —sistemáticamente— los derechos humanos.
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