Tras una semana sin pronunciamientos públicos y luego de los cambios en el Ministerio de Economía, el presidente Alberto Fernández denunció que el Gobierno enfrenta "una embestida de grupos concentrados" y también envió un mensaje interno al Frente de Todos al afirmar que "no hay futuro político sin unidad".
Desde la Casa Histórica de Tucumán, el mandatario apuntó contra los "profetas del odio" y señaló que "algunos refriegan sus manos cuando la adversidad se cruza", así como también se quejó de que "hacen correr rumores" en medios de comunicación y redes sociales.
A una semana de la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, el jefe de Estado subrayó que la Argentina debe "transitar el camino hacia el equilibrio fiscal; estabilizar la moneda; el crecimiento demanda divisas que hoy son escasas y hace más difícil la acumulación de reservas", así como también señaló que el país enfrenta "persistentes procesos inflacionarios".
"Todo ello hace más complicada la distribución justa del ingreso, pero estamos aquí para hacerle frente a esta realidad compleja", manifestó.
Luego de una semana complicada en términos económicos, marcada por el alza del dólar blue, Alberto Fernández denunció que en los últimos días se evidenció una "embestida de los grupos concentrados poderosos que quieren quedarse con toda la renta, que quieren provocar una devaluación y maximizar sus ganancias con la codicia de siempre".
"Son los mismos de siempre que siembran el desánimo, temor, rumores", cuestionó.
Ante ese panorama y tras haberse reencontrado con la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en la Quinta de Olivos el pasado lunes, el Presidente hizo hincapié en la "unidad".
"La unidad siempre es el fruto de la disposición de los involucrados por consolidarla. Es un valor que debemos preservar en los momentos más difíciles", expresó el mandatario, quien destacó que "aquel 9 de julio de 1816 fue la coronación de un largo proceso político: no estuvo exento de discusiones y disputas".
"La construcción de acuerdos demandó el esfuerzo de cada uno: semejante lección que nos depara la historia no puede ser soslayada", agregó.
Y continuó: "Nada sólido se construye si abandonamos nuestros objetivos ante el primer peligro. La historia nos enseña que debemos pelear incansablemente aún cuando la adversidad se nos pare enfrente".
Asimismo, Alberto Fernández recordó que en aquellos años "la unidad no surgió mágicamente, ni se impuso naturalmente: sólo fue posible porque hubo voluntad de construirla".
En ese sentido, alertó que en los tiempos difíciles "asoman los agoreros que dividen y sombran el desánimo sólo en procura de sus mezquinos intereses".
"Con un pueblo dividido, unos pocos sinvergüenzas ganan y millones se sumergen en la marginación y pobreza", planteó. Y añadió: "Los mejores de nosotros, 200 años atrás, fueron capaces de colocar el interés general y nacional por encima de todo. Éso mismo debemos hacer nosotros en nuestra Argentina del Siglo XXI. No hay futuro político si ese primer eslabón, que es la unidad, que a todos incluye si no se edifica y fortalece todos los días".
Al respecto, el jefe de Estado indicó que "para llegar a acuerdos que unan hace falta derribar muros" y remarcó: "Tal vez hoy desde la casa del gran acuerdo que dio inicio a la Argentina podamos convocar a los grandes consensos que hacen falta para desarrollarnos de una vez y para siempre ante los enormes desafíos que enfrentamos en este siglo XXI".
"Para un argentino no puede haber nada mejor que otro argentino", subrayó, parafraseando al ex presidente Juan Domingo Perón.
Junto a él estuvieron presentes en la Casa Histórica el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; el jefe de Gabinete, Juan Manzur; varios ministros; así como el titular de la bancada del Frente de Todos en la Cámara baja, Germán Martínez; entre otros dirigentes del oficialismo.
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