La flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, deberá dar definiciones claras y contundentes desde su primera declaración al frente del Palacio de Hacienda. Será crucial lo que diga sobre el acuerdo con el FMI, pero otros temas como el aumento de retenciones impulsados por el kirchnerismo, estarán también sobre la mesa.
Batakis no tiene margen. No puede coquetear con la "sarasa". Ni se le debe ocurrir. El flirteo fue sepultado por Martín Guzmán y la nueva ministra de Economía tiene que dar señales claras desde el primer instante. La primera reacción de los mercados fue adversa, comportamiento lógico ante la profunda crisis política que quedó descarnadamente expuesta durante el fin de semana. Es entera responsabilidad de la flamante funcionaria revertir ese escenario con definiciones tajante sin ambigüedades.
Alberto Fernández puso la cabeza en la guillotina cuando su vocera, Gabriela Cerruti, afirmó que: "El plan económico sigue su rumbo". "El plan económico" tiene una sola certeza: el programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que fue uno de los principales puntos de disidencia con Guzmán. Entonces, si taxativamente "sigue su rumbo" el acuerdo con el organismo seguirá vigente y el kirchnerismo deberá arriar la única bandera que podía sostener en materia económica.
Si Batakis plantea una modificación o directamente una renegociación el que no podrá seguir sentado en el sillón de Rivadavia será Alberto Fernández. El programa con el organismo marca pautas macroeconómicas que conlleva medidas que son rechazadas por quienes socavaron a Guzmán desde su llegada.
De allí que la nueva titular del Palacio de Hacienda tiene que ser clara desde el minuto cero. Tiene un atajo que es la famosa recalibración que el FMI le había aceptado a Guzmán para el segundo trimestre, aunque manteniendo las pautas anuales. Si muestra habilidad, puede intentar transitar ese camino haciendo equilibrio interno, ampliando las modificaciones ya aceptadas por el FMI para dar la idea de "un cambio" en la relación, pero sin salirse del programa lo que significaría mantener "el rumbo".
El punto central de disidencia estará en el nivel de déficit fiscal a cumplir. Quienes supuestamente respaldan su nombramiento azuzan la idea de que el Gobierno debe aumentar el gasto para contener la crisis social. Si eso ocurriese la pregunta siguiente es ¿cómo se financiará? E inmediatamente se hilvana el otro tema clave para Batakis ¿qué hará con la deuda en pesos y las Leliqs que son una bomba de tiempo para el mercado financiero?
Para el sector que la impulsó el aumento de las retenciones al campo es la única medida posible para que compensar un eventual programa de asistencia para los sectores de menores recursos sin desmadrar las cuentas públicas. La salida de Guzmán libera parcialmente a Alberto Fernández para tomar la medida más delicada por la reacción que generará: la suba de las retenciones al campo.
Esta decisión fue resistida por Guzmán y es la más reclamada por el ala más dura del Frente de Todos. A sus consecuencias y a la posibilidad de enfrentamientos en calles y rutas es a lo que más le teme Alberto Fernández.
Con un escenario de reservas diezmadas, Batakis deberá decidir si sigue con las devaluaciones diarias del tipo de cambio o finalmente se produce el famoso "Fabregazo" y entonces su inicio será calificado como de "cirugía mayor sin anestesia". Sobre lo que difícilmente pueda operar con inmediato éxito es sobre la inflación. Las medidas a tomar tendrán un impacto directo sobre la suba de precios que ya apuntan al 80% para 2022.
Una de las pocas herramientas con las que cuenta el Estado para contener el valor de los alimentos es el programa "Precios Cuidados" que debe ser renovado a partir del próximo jueves 7 de julio.
Guillermo Hang, secretario de Comercio de Guzmán, había avanzado en un acuerdo con empresarios para una readecuación de la canasta de productos que lo componía aceptando una suba de precios más cercana a lo que fue la evolución de la inflación. La duda es que dirán los empresarios ante la inestabilidad macroeconómica que generó la salida de Guzmán. A Batakis le queda escaso margen para despejarlas.
Otro punto álgido de consecuencias directas sobre la inflación es el aumento de tarifas y la quita de subsidios, principal eje de la controversia Guzmán-kirchnerismo, en este caso representados por el secretario de Energía, Darío Martínez, y el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo. "Si sigue el rumbo económico" los precios deberán actualizarse con el plan ya diseñado a partir de nivel de ingresos. Si "no sigue el rumbo económico" posiblemente se mute a un esquema de geolocalización, tal como pretendían Martínez y Basualdo. Batakis no tiene margen para "sarasa".
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