El Ministerio de Agricultura de la Nación, a través de una comunicación dictada por la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios, suspendió ayer el registro de exportación de la harina y el aceite de soja.
La medida, según trascendió, causó preocupación en firmas agroexportadoras que la asocian con un eventual incremento en las retenciones o derechos de exportación (DEX) aplicados a esos productos, como ha pasado en ocasiones anteriores.
Los dos principales derivados de la molienda de soja hoy pagan el 31 por ciento y la primera impresión entre los productores es que el Gobierno podría eliminar el diferencial histórico y subir ese tributo a 33 por ciento.
El Gobierno de Alberto Fernández, en sus primeros días de gestión, reestableció la diferencia de alícuotas de retenciones entre el poroto de soja y sus derivados.
Fue en marzo de 2020, cuando elevó las retenciones a la soja que había dejado Macri (y que estaban en cerca del 26%) al tope máximo de 33% permitido por el Congreso. Luego de algunos meses, en octubre de 2020 se estableció que los pallets de soja y de aceite tributaran dos puntos menos, un 31 por ciento, de retenciones.
La eliminación de la diferenciación implicaría que beneficiaba a la exportación de productos con mayor valor agregado.
Según se indicó, el cierre del registro de exportaciones DJVE (Declaraciones Juradas de Ventas de Exportación) apunta a evitar que las aceiteras continúen anotando negocios. La medida pondría al Gobierno ante la posibilidad de un choque con el principal núcleo exportador del país, representado en al menos diez empresas exportadoras nucleadas en Ciara-CE, que se enfrentaron con el gobierno de Mauricio Macri, al eliminar el diferencial histórico de las retenciones.
El 30% de las exportaciones de este año corresponden al complejo sojero, que en 2021 había aportado 9.000 millones de dólares al fisco.
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