Balas de gomas y gases lacrimógenos. Así respondió la Policía Bonaerense a la protesta de los piedrazos a la fachada del bar frente al que mataron a Braian Nahuel Cuitiño (22). El crimen ocurrió la madrugada del 14 de enero. A Braian lo asesinaron entre, al menos, cinco jóvenes, tres hombres y dos mujeres, cuando estaba indefenso frente a un boliche de Pilar al que había ido con su hermana Paula. Pasaron más de tres días desde el crimen y hay tres detenidos por el homicidio. Pero para la familia, los amigos y los allegados a la víctima eso no es suficiente.
Reclamaron justicia frente al lugar donde se cometió el homicidio. Era apenas un grupo de unas 100 personas y un puñado de policías que custodiaban la propiedad, pero igual el reclamo se salió de control: hubo destrozos y quema de neumáticos, primero, balas de goma y gases ante la presencia de la Infantería; y fueron las hermanas de la víctima las que debieron calmar los enardecidos ánimos en un principio. Cuando todo se desmadró, ellas también fueron víctimas de la respuesta policial al descontrol. “Lo mataron como un perro. El dueño del boliche cerró el portón y no fue capaz de llamar a un patrullero. Dos horas estuvo tirado ahí, muerto ya”, soltó furiosa una de las hermanas de Braian ante las cámaras de TN. Y siguió con la voz quebrada: “Nadie hizo nada, no es la primera vez que muere un pibe acá y lo vuelven a abrir. Estoy cansada: hace un mes perdí a mi papá y ahora a mi hermano nadie me lo devuelve”.
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