La variante Delta de coronavirus se encontró en el 84,6% de las muestras analizadas durante la segunda quincena de octubre de la Ciudad de Buenos Aires y en el 83,3% de las del conurbano bonaerense, según el informe difundido ayer por el Proyecto Argentino Interinstitucional de genómica de SARS-CoV-2 (PAIS).
Las provincias que le siguen son Neuquén, con una prevalencia de Delta del 41% en las muestras; Santa Fe, con 21%, y Córdoba, con 10%; mientras en Chaco, por ejemplo, no se detectó.
“Este informe refleja la heterogeneidad que tienen aún la prevalencia de la variante Delta en el país, en una suerte de bisagra o transición que a mediano plazo será dominancia en todo el territorio”, señaló Humberto Debat, virólogo e integrante de Proyecto PAIS.
El especialista evaluó que “en base a lo que sucedió en otros países, ese 80% en el AMBA se va a ver en el resto del territorio nacional”.
En el informe, los investigadores señalan que “estos resultados están en consonancia con la situación epidemiológica regional, hasta el momento caracterizada por un incremento de la frecuencia de detección de la variante Delta en simultáneo con el reporte de un número de casos estable o a la suba, tanto en Argentina como en otros países de la región”.
Los resultados corresponden al análisis de 568 muestras, de las cuales 188 correspondieron a casos de la CABA, Gran Buenos Aires y alrededores y Gran La Plata, 25 de provincia de Buenos Aires (no AMBA), 18 de Chaco, 11 de la provincia de Misiones, 93 de Neuquén, y 190 de Santa Fe. Todas estas muestras estudiadas se tomaron en personas sin antecedente de viaje o contacto estrecho con viajeros.
Además, de las 568 muestras, 43 correspondieron a casos especiales: nexo con viajero y confirmación de casos detectados por la técnica de PCR en tiempo real específica para variantes.
Según indicó Debat “lo que esperamos en la Argentina es un desacople entre casos notificados, hospitalizaciones y fallecimientos; es decir que los casos aumenten sin generar internaciones ni muertes. La dominancia de Delta llega con una altísima pre inmunidad en la población (tanto por vacunación como por contacto previo de la población con el virus) por lo que el cambio de tendencia en el paisaje epidemiológico probablemente no se refleje en el sistema de salud. Algo totalmente distinto a lo que fue la terrible segunda ola”.
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