El Gobierno terminará de cerrar en las próximas horas el paquete de medidas económicas que lanzará como respuesta a la derrota electoral que sufrió en las elecciones Primarias, que incluirán anuncios que comenzarán mañana con un nuevo aumento de Salario Mínimo, que sirve de referencia para algunos programas sociales y para empleados informales, un reajuste en el mínimo no imponible de Ganancias, bonos para beneficiarios de Anses como jubilados y AUH. Está a definición del equipo económico si habrá un nuevo IFE con un alcance más acotado.
Los equipos técnicos de distintas áreas del Estado, como los Ministerios de Economía, Desarrollo Productivo y Trabajo aún afinan el lápiz para el trazo fino de las medidas, con las que el Poder Ejecutivo inyectará dinero para mover el consumo y buscar recuperar algo el poder adquisitivo de distintos sectores del mercado laboral, que aún sienten el impacto de la inflación en el bolsillo.
El paquete oficial de medidas comenzará este martes con la reunión del Consejo del Salario Mínimo, integrada por cámaras empresarias y dirigentes sindicales, en la que se definirá cuál será el nuevo piso de remuneraciones para los empleados. Será la forma que tendrá el Gobierno para abordar la pérdida salarial de los trabajadores informales que, por definición, no ajustan su salario a través de negociaciones colectivas.
Un aumento del salario mínimo, entonces, funcionaría como “referencia” de incrementos posibles para ese sector del mercado laboral que además es, por lejos, el más perjudicado en la carrera contra la suba de precios. De acuerdo a los últimos datos oficiales, durante la primera mitad del año quedaron unos 12 puntos porcentuales por detrás de la evolución de la inflación.
Según se especula, el Salario Mínimo tendría en esta ocasión un incremento que elevaría su ajuste anual por encima del 45%, tras el “blanqueo” de la inflación de este año que espera el Ministerio de Economía, tal como dejó plasmado en el proyecto de Presupuesto 2022. En abril el piso salarial había tenido un primer aumento acordado entre empresarios y gremios de 35% en siete tramos hasta febrero. Y en julio, por la aceleración de precios, se decidió acelerarlo para que esos tramos terminen este mes.
De todas formas, el ajuste del Salario Mínimo tendrá más que nada un impacto en las cuentas públicas. Eso sucede, por un lado, porque la mayoría de los convenios colectivos de trabajo ya está por encima del nivel de salario mínimo. Y por otro, porque algunos programas sociales como el Potenciar Trabajo, el plan Progresar, el 82% móvil para los jubilados con aportes completos, entre otros, dependen de la variación del piso de remuneraciones.
Un segundo paso en las medidas apuntará a mejorar los ingresos de la punta de la pirámide de los asalariados. Eso tendrá lugar a través de una actualización del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, un tributo que este año ya pasó a alcanzar solo a los empleados en relación de dependencia que cobren unos 150.000 pesos brutos.
Esa primera modificación eximió de pagar el impuesto a más de 1,2 millones de empleados. El nuevo piso de Ganancias, según se espera, será actualizado más de un 15%, por lo que llevará el mínimo alcanzado a los salarios brutos, antes de los descuentos, de $175.000.
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