Las razones detrás de la derrota del Frente de Todos en las primarias
MÁS ALLÁ DE LA ECONOMÍA, TAMBIÉN PESARON LA INSEGURIDAD Y LOS ESCÁNDALOS

Las razones detrás de la derrota del Frente de Todos en las primarias

El malestar por la inflación, la delincuencia y problemas relacionados con la gestión de la pandemia estuvieron presentes en las urnas

Todavía sin poder digerir la dura derrota en las PASO, un sector del kirchnerismo empezó a buscar culpables y entre ellos sonó el nombre del ministro de Economía, Martín Guzmán, al que le achacan las penurias económicas que habrían terminado en el triunfo de Juntos. Una lectura lineal que, sin embargo, soslaya otros malestares: la inseguridad que no declina, la gestión de la pandemia con su cuarentena extenuante, la prolongada suspensión de las clases presenciales, la demora en la llegada y la aplicación de dosis contra el coronavirus, y escándalos como la vacunación VIP o la fiesta de la Primera Dama en Olivos, según analistas políticos.

Todo eso pareció expresarse también en las urnas. Aunque el análisis más rápido rebaje la derrota a “un voto económico”. A un castigo del votante que en 2019 eligió al Frente de Todos convencido de que el Gobierno que asumía iba a resolver los problemas monetarios que la gestión de Mauricio Macri “agravó”. Y que aquel y este oficialismo perdieron por los mismos motivos: porque faltó plata en el bolsillo de la gente. Porque la inflación pasó el 50 por ciento anual, la pobreza alcanza a la mitad de la población y el desempleo joven llega hasta el 24,9 por ciento. Porque durante la pandemia cerraron comercios y empresas y el salario mínimo no llega a cubrir la canasta básica, tal como enumeran los especialistas.

Pero a esos problemas habría que agregar otros que también podrían haber incidido en la fuga de votos del peronismo.

Por caso, la inseguridad que campea y se hace más grave en distritos del Conurbano como La Matanza o Quilmes, donde el oficialismo sufrió una contundente derrota. La delincuencia es, además, una de las principales preocupaciones de la gente en la mayoría de las encuestas de opinión.

Muchos de los votantes que perdió el Frente de Todos tampoco parecen haberle perdonado al Presidente la imposición de una cuarentena extensísima. Un confinamiento que para la oposición fue “el más largo del mundo”, con profundas consecuencias para la economía y la educación de alumnos que asistieron por más de un año a la cancelación de sus clases presenciales.

Nadie, de todos modos, se anima a arriesgar los alcances de una decisión con la que se buscaba evitar contagios y preservar la vida. Pero nada pudo impedir que el país superara los 113 mil muertos por Covid ni que las medidas de cuidado fueran violadas. Incluso, por el propio Alberto Fernández y su esposa, Fabiola Yáñez, como lo demostraron las fotos del cumpleaños de la Primera Dama en la Residencia de Olivos, en julio de 2020, cuando todo un país se veía obligado a acatar las restricciones que había firmado el jefe de Estado.

Aún así, el Gobierno apostaba a que las urnas lo “premiaran” por el avance en la campaña de vacunación, pretendiendo dejar atrás el recuerdo por el escándalo del vacunatorio VIP (que le costó el cargo al entonces ministro de Salud, Ginés González García) y las críticas por la demora en la llegada de dosis, priorizando las de los laboratorios rusos y chinos pero desdeñando la de Pfizer, una de las de mayor reputación.

Es cierto que más de la mitad de la población llegó a las PASO con al menos una dosis aplicada. Pero eso no alcanzó para sepultar las penurias económicas, ni las consecuencias por la suspensión de clases ni desaguisados como los que se sucedieron en el año de la pandemia.

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