“Tranquilo, que no vengo a festejar la Copa América”. La frase fue pronunciada hoy, en tono socarrón, por el embajador Daniel Scioli al ingresar al despacho de Jair Bolsonaro en el palacio del Planalto, la casa de Gobierno de Brasil. Allí, el mandatario agasajó al representante argentino al cumplirse un año de gestión en Brasilia, en un gesto político para distender la tensa relación entre ambos países que se verifica en los desencuentros en el Mercosur.
Según relataron fuentes diplomáticas, Bolsonaro mandó a llamar a Scioli y lo sorprendió con una torta en su propio despacho, donde estaba acompañado por varios ministros de su Gabinete. En ese momento, el embajador soltó su ocurrencia futbolera, pero de inmediato felicitó a sus anfitriones por “la actuación de Brasil en los Juegos Olímpicos” de Tokio, donde la Selección verdeamarela se alzó con la medalla dorada. Después de las bromas compartidas, Scioli le aseguró a Bolsonaro que está “trabajando para que haya un acuerdo en el Mercosur”, pese a que la Cancillería argentina rechaza la postura de Brasil de reducir drásticamente el arancel externo común del bloque regional, en una posición que la administración Bolsonaro comparte Uruguay.
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