El Gobierno anuncio que se amplía a 1700 la cantidad de argentinos y residentes que dejará entrar por día al país, que representa un aumento respecto a las mil personas por día que permite ingresar desde fin de julio pasado, para retrasar la llegada de la variante Delta del Covid-19.
El Ejecutivo había acotado, entre el 28 de junio y hasta el 9 de julio, a 600 personas por día el cupo máximo de entrada de argentinos y residentes en el país, lo que generó malestar en las aerolíneas y entre los varados en el exterior. A partir de entonces, mejoró la cifra gradualmente hasta alcanzar un total de 7000 personas que podían entrar por vía aérea a Argentina entre el 31 de julio al 6 de agosto.
El Ministerio de Salud informó en un comunicado que ahora el cupo semanal será de 11.900 plazas para argentinos y residentes desde ahora hasta el 6 de septiembre. Y previó que el cupo semanal subirá a 16.100 plazas si se habilitan nuevos corredores seguros. En tanto, sigue prohibido el ingreso de turistas extranjeros y se mantienen cerradas las fronteras terrestres.
Para los viajeros seguirá la obligación de hacerse un test para poder tomar el avión con destino a Argentina; otro al llegar al país y un tercero al séptimo día de ingreso. Además, deberán aislarse durante 10 días, contados desde el testeo realizado en el país de origen.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, destacó en una rueda de prensa que se han identificado “menos de 100 casos” en el país de la variante Delta y que “no es la variante predominante en la Argentina”.
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