Eduardo Donza
El investigador de la UCA, Eduardo Donza.
CONSECUENCIAS DEL CORONAVIRUS

La cuarentena acentuó la grave situación de pobreza en miles de hogares del país

El investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, Eduardo Donza, se refirió a las dificultades que atraviesan muchos hogares del país tras el impacto de la pandemia.

Con un índice del 44,2%, el año pasado se estableció la cifra de pobreza en el país, con base en los estudios que realiza la Universidad Católica Argentina. Y si bien aún no se inició el relevamiento de este año, el investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, Eduardo Donza, destacó que “los datos que presentó el Indec hace unas semanas son similares. Está en un nivel del 42% la pobreza por ingresos en la población, así que un poco se confirma el dato que nosotros habíamos presentado, que es muy cercano a este dato oficial”.

Más pobreza en la pandemia
Según Donza, “en Argentina nos ha pasado una situación muy particular, es que ya venimos de una situación estructural de pobreza y cuando hablamos de pobreza solamente uno de los indicadores que generamos, esto sería pobreza por ingresos, para medir la calidad de vida de la población”.
“Acá hay una cuestión estructural que hace ya varias décadas venimos con un nivel de pobreza muy importante. Recordemos que en 2002 cuando se salió de las políticas neoliberales había un 52% de población en situación de pobreza. Eso mejora mucho hasta 2008 o 2009 y después de ahí se estancan las mejoras”, explicó.
“Después tuvimos fluctuaciones y, en ese escenario de una pobreza estructural, de familias que hace ya varias generaciones que están en una situación de pobreza, nos cayó la complicación general de todo el mundo, que es la pandemia y la cuarentena”.
Donza aseguró que “la cuarentena lo que hizo fue agravar la situación de las familias, básicamente porque se tuvieron que restringir las posibilidades de producir y comercializar y también muchas actividades por cuenta propia. Los pequeños comercios muchos directamente tuvieron que cerrar, según la rama de actividad. Entonces, sobre ese problema estructural que teníamos se montó el tema coyuntural de la pandemia” y agregó, además, “con un tercer agravante en Argentina, que es que  tenemos un aumento de precios, una inflación muy generalizada, ya una cuestión también de problemática estructural enel país, lo cual hace que la capacidad de compras de las familias vayan disminuyendo, de mes a mes casi”.
De hecho, según indicó, “entre noviembre y diciembre del año pasado, tanto la canasta básica total para medir la pobreza como la canasta básica alimentaria e indigencia aumentó un 5%. Solamente en un mes”.
Lo que más se mide en América Latina es la pobreza por ingreso, según indicó el investigador, es decir, “se comparan los ingresos de la familia con una canasta básica alimentaria para definir los niveles de indigencia, que son las familias a las que los ingresos no les alcanzan para esa canasta de alimentos. Y una canasta básica total para el caso de la pobreza, que además de los ingresos tiene en cuenta el resto de los requerimientos que necesitaría una familia”.
No obstante la compleja situación de la pandemia, también indicó que “cuando la pobreza se alarga tanto en el tiempo ya no es solo una cuestión de ingresos sino que es una cuestión multidimensional, que es otra forma de medir la pobreza”.
Esto es, se mide, además de los ingresos, la calidad de la vivienda, la conectividad, cloacas y agua potable, la presencia del sistema de seguridad social (un trabajador declarado o un jubilado), la cuestión educativa y el acceso a la salud.

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