Después de cinco convocatorias a declarar que con distintos planteos logró postergar, ayer Pablo Moyano no tuvo más opción y compareció ante el fiscal Sebastián Scalera, para ser indagado en la causa en la que se lo acusa de ser jefe de una asociación ilícita que defraudó en cifras millonarias al Club Independiente. La audiencia se realizó de forma online, con la presencia de la jueza Brenda Madrid y la defensa a cargo de Daniel Llermanos. Luego de las más de tres horas que demandó la lectura de las imputaciones, el hijo del líder de Camioneros se negó a declarar.
La cita fue virtual, ya que horas previas al día fijado para la audiencia de manera presencial, la defensa presentó un certificado médico donde se explicó que al ser una persona hipertensa, era recomendable que no se exponga. En consecuencia, pese a haber criticado la plataforma propuesta por la fiscalía, finalmente fue la que se utilizó.
La indagatoria comenzó después de las 10.30. Una de las secretarias y el representante del Ministerio Público fiscal se fueron alternando en la lectura de la imputación contra Pablo Moyano y todas las constancias de prueba del caso. De todas ellas, decidió no defenderse en esta instancia, y se negó a responder preguntas.
Lo primero que se le leyó fue el denominado “Hecho 1” que consta en la imputación, según el cual “desde fecha indeterminada y al menos hasta el mes de noviembre del año 2017, operaba una asociación ilícita, integrada por un grupo variable y no determinado de personas del sexo masculino y femenino, todos mayores de edad, siendo parte de la misma, por un lado, una facción de la hinchada del Club Atlético Independiente (“barrabrava”), quienes se reunían habitualmente con motivo de encuentros futbolísticos (...) por otro lado, resultan ser parte de dicha organización criminal directivos, empleados, socios e hinchas”.
INDAGATORIA
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