Omar Viviani renunció sorpresivamente luego de estar 37 años al frente del Sindicato de Peones de Taxis.
A los 69 años, el dirigente era uno de los gremialistas con más antigüedad como secretario general y se convirtió en uno de los raros casos de quienes deciden dejar su cargo. Integró la CGT, pasó de aliado a enemigo de Hugo Moyano y fue el abanderado de la pelea contra Uber.
Presentó su renuncia a ese puesto que mantenía desde 1983 y también a la Federación Nacional de Peones de Taxis: “Hace cincuenta años que vengo remando y me merezco descansar un poco”, les confesó en las últimas horas a sus allegados.
A todos les aseguró que a sus 69 años se siente muy bien de salud, pero que quiere dedicarse a su familia, sobre todo a disfrutar de sus dos nietos. No aceptó la propuesta de sus colegas de quedarse en el sindicato como asesor y dijo que tiene pensado dar charlas sobre el tema laboral en una universidad española.
Lo reemplazará su secretario adjunto, Jorge Luis García, que heredará un imperio construido por Viviani a lo largo de casi tres décadas, que incluyó la creación de la federación, que tiene 34 sindicatos en todo el país, sanatorios y hoteles, todo un sistema que hoy está en crisis por el tendal de taxistas que está sin trabajo por la debacle económica que ocasiona la cuarentena obligatoria.
SINDICALISTA
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