La negociación de la deuda entra en fase decisiva
Ayer hubo una larga reunión en Olivos entre Alberto Fernández y Martín Guzmán para analizar las contraofertas de los bonistas. Buscarían cambios a la propuesta inicial para un acuerdo.
Las arduas negociaciones de Argentina con acreedores privados para reestructurar bonos por 66.239 millones de dólares entran esta semana en una fase de definiciones ya que el viernes 22 expiran dos plazos cruciales para este proceso.
El 22-M es el día límite que tienen los tenedores de bonos de ley extranjera de Argentina para prestar su consentimiento a la propuesta de reestructuración lanzada por el país hace casi un mes.
También el viernes caduca el período de gracia de treinta días al que se acogió Argentina al no pagar un vencimiento de intereses por 500 millones de dólares de tres bonos incluidos en la oferta de canje.
Si para ese día Argentina no llega a un acuerdo con los acreedores y no regulariza el pago de ese compromiso, el país entraría en un cese de pagos selectivo.
Ayer domingo, en medio de un fuerte hermetismo, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, y parte de su gabinete económico participaron de una “reunión técnica” en la quinta de Olivos sobre la negociación de la deuda, a días del plazo final para llegar a un acuerdo con los bonistas. También se habría hablado de cómo sigue la cuarentena a partir del próximo domingo, sobre todo por las complicaciones económicas que viene desatando el parate de actividades.
Si bien oficialmente no hubo información trascendió que, el jefe de Estado y su ministro de Economía, Martín Guzmán analizaron las tres contraofertas que llegaron de parte de los bonistas para llegar a un acuerdo. En ese sentido, se habría puesto en la mesa una posibilidad de un posible cambio en la propuesta inicial aunque no habrá una decisión seguramente antes del viernes.
La propuesta presentada por Argentina el 22 de abril incluye un período de gracia de tres años, es decir, empezar a pagar recién en 2023 cupones con un tasa inicial del 0,5 por ciento, que se incrementaría paulatinamente hasta un interés promedio del 2,33 por ciento y una tasa máxima de 4,875 por ciento.
También implica una quita del 5,4 por ciento sobre el stock adeudado y del 62 por ciento sobre los intereses. La oferta fue rechazada de plano por diversos grupos de acreedores liderados por poderosos fondos de inversión como Blackrock, Fideliity, Ashmore, Monarch y Gramercy.
El plazo inicial de adhesión a la oferta caducaba el 8 de mayo, pero el Gobierno argentino decidió prorrogarlo hasta el 22 debido a un nivel de aceptación cuyo porcentaje no se informó oficialmente pero que, según fuentes del mercado, rondó entre el 15 y el 20 por ciento.
A última hora del viernes pasado, el Gobierno de Alberto Fernández confirmó la recepción de tres contraofertas, pero no dio detalles de su contenido ni precisó quiénes las presentaron.
Dos de los comités que reúnen a tenedores de bonos argentinos han confirmado que ellos han presentado contrapropuestas.
Uno de ellos es el denominado Grupo de Titulares de Bonos de Canje afirmó, integrado por 18 fondos que afirman tener el 15 por ciento de los bonos emitidos por Argentina en los canjes de 2005 y 2010. El otro es el Comité de Acreedores de Argentina, que presentó junto con los fondos Gramercy y Fintech Advisory una contraoferta para la reestructuración de bonos argentinos emitidos luego de 2016.