En el marco de su gira por Europa, el presidente Alberto Fernández se reunió este viernes con el papa Francisco en el Vaticano.
El encuentro, que es el primero desde que Fernández asumió la presidencia, se llevó a cabo en la Biblioteca privada del Palacio Apostólico y duró 44 minutos, casi el doble de tiempo que el Pontífice le había dedicado en su momento a Mauricio Macri.
“Santo Padre, qué gusto verlo”, dijo Fernández al iniciarse el encuentro, a lo que el Pontífice le respondió con un “bienvenido”.
Francisco lo recibió en la sala del Tronetto y lo invitó a pasar a su biblioteca privada. “Primero el monaguillo”, bromeó el Papá al hacerlo pasar al salón.
Una vez terminada la reunión entre el Pontífice y el Presidente, fue el turno de que la delegación argentina que acompaña a Fernández ingrese a la sala para intercambiar saludos y presentes.
Tras recibir los regalos de la Argentina, Francisco entregó al Presidente una escultura con forma de medallón que tiene un olivo, una vid y una paloma, y que simboliza la paz. “Eso es lo que quiero de ustedes, que sean mensajeros de paz”, dijo el pontífice a Fernández y la primera dama.
El Pontífice además le obsequió los cuatro libros que escribió, entre ellos, Gaudate et exultaste; que incluye la oración del buen humor de Santo Tomás Moro “No pierda el humor. Siempre se lo digo a los políticos. Si lo pierde, mírese al espejo”, dijo.
Antes del encuentro con el Papa, el Presidente participó de una misa “por la reconciliación” en la Basílica de San Pedro.
La ceremonia religiosa, celebrada a las 8 de la mañana (las 4 de la Argentina), la ofreció el arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, y participó toda la comitiva que acompaña al mandatario.
Durante el encuentro, el arzobispo pidió “celebrar la misa de la reconciliación que está en los corazones del Presidente, de los obispos y del Papa”, y se refirió a Domingo Perón al manifestar: “Perón nunca se imaginó que iba a haber un Papa argentino y uno tan cercano a él. Dios nos está mostrando un camino importante, para que la Argentina se ponga de pie“, señaló.
Además, el prelado, que conoció personalmente a Perón en esta ciudad en 1973, sostuvo que el expresidente “cambio decisivamente a la Argentina” y consideró necesario “seguir ese camino”.
El Presidente siguió la misa ubicado en la primera fila junto a la comitiva oficial compuesta por su pareja Fabiola Yañez, el canciller Felipe Solá, la ministra de justicia Marcela Losardo y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.
Al terminar la celebración, rezaron frente a la tumba de Juan Pablo II, cuyos restos ahora descansan en San Pedro, para recordar a Paulo VI, el Papa a cargo en 1973.
COMENTARIOS