El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, dijo hoy las últimas medidas económicas fueron adoptadas por "este Gobierno" y reafirmó que "no hay cogobierno" con la oposición sino una "relación de respeto" hacia esas fuerzas dado que "representan una porción de la sociedad". Lacunza sostuvo en este sentido que las medidas difundidas ayer no fueron consensuadas sino "informadas o compartidas en un diálogo institucional" con la oposición.
En esa línea aseguró que integra un "gobierno que está a cargo" y que "no hay un cogobierno". Pero sí "una relación de respeto dado que después de las PASO representan una porción de la sociedad y no estoy hablando solo del Frente de Todos, sino de Consenso 2030 y de Despertar, entre otras fuerzas", agregó.
Además, en una rueda de prensa con periodistas acreditados en la Casa Rosada luego de la reunión de Gabinete, el titular del Palacio de Hacienda apuntó que "todas las ideas son bienvenidas" porque "nadie es el dueño de la verdad" y sostuvo que si bien "hay una campaña electoral por delante, eso no es excusa para poner en riesgo la estabilidad".
Acerca de por qué se tomaron medidas de restricción cambiaria, dijo que fue "una decisión de todo el equipo de gobierno" debido a que el país "había perdido el crédito voluntario después de las elecciones primarias". Lacunza sostuvo que "esto no es un juicio de valor, sino un hecho concreto ya que el riesgo país se duplicó el 12 de agosto y las renovaciones de deudas que hicimos fueron de mucho menor cantidad".
Señaló que "frente a esa estrechez de recursos", el presidente Mauricio Macri le dio la "instrucción de cuidar esas reservas para los más vulnerables porque si sube el tipo de cambio se traslada a la inflación y hay más pobreza". Y agregó que la otra premisa fue "que estuvieran privilegiadas aquellas (reservas) que respaldan los ahorros de los argentinos".
"Con esos dos objetivos innegociables, se extendieron los vencimientos de deuda de corto plazo la semana pasada y vamos a discutir en el Congreso esta semana un proyecto de ley para la de mediano plazo, para despejar el horizonte de los próximos cuatro años", aseveró. En cuanto a las "medidas de control de capitales", sostuvo que lo que hace "es preservar esas reservas poniendo límites a la eventual dolarización pero con absoluta libertad de disponibilidad del patrimonio de los argentinos". "Eso es intocable", enfatizó el titular del Palacio de Hacienda.
Asimismo, Lacunza repitió que está "convencido de que es lo mejor", pese a que reconoció que "son medidas incómodas y de emergencia", pero "necesarias para evitar males mayores, es decir que no aumente la pobreza". "Creemos que estas medida van a funcionar", insistió Lacunza, que no prometió "ningún valor" del dólar sino que evaluó que "va a ser estable en este rango de precio" ya que "es suficientemente alto y tiene colchón".
Respecto del desembolso del último tramo del crédito del FMI, por US$ 5.400 millones, aclaró que el país "cumplió con todos los requerimientos y los compromisos fiscales y monetarios, tanto cuantitativos como cualitativos".
En esa línea, especificó que "todavía no hay una fecha perentoria al respecto así que no hay que tener ansiedad con eso, sí lo único que tiene que quedar claro que cualquier desembolso no puede ocurrir antes del 15 de septiembre, ya que esos son los plazos estipulados".
"Incómodas y transitorias"
En tanto anoche, Lacunza había admitido que las medidas anunciadas para controlar el dólar son "incómodas y transitorias" y no corresponden a un "país normal", pero negó el riesgo de hiperinflación y aseveró que ahora "el desafío es estacionar el barco en el muelle, pase lo que pase con las elecciones".
También resaltó que está hablando con la oposición e incluso "hay diálogo con el Frente de Todos", que aventajó ampliamente al gobierno en las últimas elecciones primarias.
Lacunza reconoció que "hay una crisis de confianza", pero aseguró que "no hay riesgo de hiperinflación"; manifestó su esperanza de que los ahorristas no retiren masivamente la plata de los bancos y destacó que hay aval de las arcas públicas para garantizar el dinero de la gente y evitar crisis como las del pasado.
"La Argentina parece un círculo en el que cada tanto se vuelve al mismo puerto. Este no es el puerto que soñamos, tendríamos que revisar las causas", dijo Lacunza, quien aseguró que "durante este gobierno se trabajó mucho en la sala de máquinas de ese barco, pero nos faltó el salón comedor y ese es el mensaje de las urnas".
"Ahora el desafío es estacionar el barco en el muelle, pase lo que pase con las elecciones", enfatizó, y dijo que la misión que le encomendaron es que "los pasajeros no sufran los vaivenes" de la nave.
En la línea de la metáfora, Lacunza dijo además que "esto es como una familia que se queda sin crédito y el padre de familia tiene que cubrir la comida de los chicos, las zapatillas y el pago de la cuota del crédito de algo que compró".
"Los primeros dos no se negocian. La comida de los chicos son los depósitos. Las zapatillas son el tipo de cambio. No habrá para zapatillas verdes, pero sí tenemos que usar las celestes, el peso argentino. Y la cuota del crédito tiene que esperar. Y eso fue lo que hicimos entre el miércoles y hoy, con las dos medidas: El miércoles le dijimos al acreedor que necesitábamos más tiempo", indicó en declaraciones a la prensa.
Las medidas tienen como prioridad "el ciudadano de a pie" y fueron necesarias para paliar la "incertidumbre", no "subiera el tipo de cambio" y no aumentaran por esa razón la "inflación y la pobreza".
"No son medidas típicas de un país normal, y son incómodas para nosotros", admitió el funcionario, pero aclaró: "Si no las hacemos, y el tipo de cambio sube, las consecuencias son peores porque suben la inflación y la pobreza, y aumenta la inequidad".
Lacunza definió el paquete como "control de capitales y la dolarización", y las justificó por la irrupción de una "realidad que no se puede negar", en referencia a que, desde el 12 de agosto, un día después de las PASO, "hubo un cambio evidente" porque "el riesgo país pasó de 900 puntos, que ya era alto, a 2.000, y el dólar de 45 a 55 pesos", además de que Argentina "perdió crédito".
El funcionario planteó que "hay una incertidumbre" sobre si "las reservas alcanzan para todas las demandas potenciales" de la economía, en alusión al "tipo de cambio, los depositantes, que tienen derecho a disponer, y los pagos de deuda". "Ordenamos las preferencias, y primero están los ciudadanos de a pie: que el dólar no suba más de lo que está porque ya está alto", subrayó.
El Banco Central lanzó una serie de medidas entre las que se destaca que las exportadoras deberán liquidar las divisas producto de sus ventas en el país y que todas las compañías, no sólo los bancos, tendrán que pedir autorización a la entidad monetaria para girar divisas al exterior. Además, las personas podrán comprar hasta 10 mil dólares por mes, y también girar ese monto al exterior.
Por otro lado, Lacunza sostuvo que "puede ser" que después de estos anuncios "aparezca un tipo de cambio paralelo", aunque la puesta en marcha de estos controles, dijo, "no tiene por qué trasladarse a precios".
Por último, el funcionario aclaró que el Gobierno le "comunicó telefónicamente hoy" esta serie de medidas al FMI, con sus "fundamentos".
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