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LA DEUDA CON EL FMI

Reperfilamiento: Macri pidió a sus ministros que aclaren que no es un default

El nuevo plan para aliviar la carga financiera del Estado fue presentado ayer al gabinete, en medio del esfuerzo por el dólar.

El Presidente de la Nación, Mauricio Macri, encabezó ayer una reunión de gabinete donde transmitió a sus ministros el pedido de que alejen de la opinión pública la idea de que el “reperfilamiento” de la deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional significa entrar en default, sino que se trata de una cesación de pagos.
El discurso conciliador y dialoguista que por la mañana pronunció Macri en un acto en el astillero Tandanor para transmitir tranquilidad, no tuvo el efecto esperado y en los pasillos de Casa Rosada había preocupación por la cotización del dólar y otras variables del mercado financiero.
En medio de esa tensión, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, intentó explicarles a sus pares el alcance del “reperfilamiento” de la deuda que anunció el Gobierno para contener al dólar e intentar estabilizar los mercados. El objetivo es unificar el discurso para despejar la palabra “default” del debate. 
Más allá de la conferencia de prensa que brindó Lacunza al anunciar la medida, para los ministros fue clave escuchar de primera mano la explicación. 
“Algunos estábamos perdidos”, reconoció un integrante del Gabinete. El ministro de Hacienda expuso que son “medidas para estabilizar la economía y terminar con la volatilidad”, contó detalles técnicos y adelantó lo que más tarde aclararía la Comisión Nacional de Valores: que las “personas humanas” que invirtieron en Fondos Comunes de Inversión que a su vez tenían en sus carteras títulos públicos, no serán alcanzadas por el diferimiento de pagos que dispuso el Gobierno.
En ese sentido, en medio de las explicaciones de Lacunza, el Presidente se sumó y dejó un pedido: si bien la vocería del tema se limitará al gabinete económico, les encomendó a sus ministros que en sus apariciones públicas dejaran en claro que no se trata de un default, sino de una prórroga de plazos para estabilizar la economía.
“Hay que explicar con claridad que la decisión de esto no es ni un default ni una reestructuración, estamos extendiendo los plazos, sin quita y pagando intereses”, fue la línea discursiva que planteó.
Pasado el mediodía, en el Gobierno aseguraban que el proyecto estaba “casi listo”. “Estamos afinando detalles y lo mandamos al Congreso”, explicaban en Casa Rosada. El apuro tiene que ver con la intención de Macri de que sus espadas parlamentarias cuenten con el texto este viernes, para empezar a dialogar con la oposición y trazar un cronograma de reuniones con distintos sectores para la próxima semana.
Pese a que en Gabinete estuvieron las autoridades parlamentarias de Cambiemos, Macri fue cuidadoso y evitó dar definiciones sobre la actitud que espera de la oposición. Tampoco habló específicamente sobre Alberto Fernández. Pero en el Gobierno admiten, a partir de algunas expresiones, que tendrán que esforzarse en la negociación. “No nos van a regalar nada. Pero tampoco tenemos mucho para ofrecer. Van a tener que decidir si quieren quedar como destituyentes o colaborar, porque la situación es delicada”, reflexionó uno de los principales interlocutores con la oposición.
En la Casa Rosada, sin embargo, advierten que la prioridad es que la oposición no voltee el DNU que habilita la postergación de los vencimientos de títulos de corto plazo (Letes, Lecap, Lecer y Lelink), más que conseguir el aval para refinanciar la deuda. 
“Ahí están los dólares para garantizar la estabilidad cambiaria” hasta el final del mandato de Macri, argumentan. 
En la tarea de reunirse con los jefes de los bloques opositores están claros los roles. En el Senado, Miguel Pichetto, compañero de fórmula de Macri, impulsará un proyecto del Gobierno por primera vez desde que se incorporó oficialmente al macrismo.

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