El Frente para Todos salió a buscar el voto de los jubilados y, de llegar al gobierno, Alberto Fernández impulsará la modificación de la actual fórmula de movilidad aprobada a fines de 2017.
Para Fernández, la actual fórmula “fracasó en preservar el poder adquisitivo de 18 millones de jubilados y demás beneficiarios de las prestaciones sociales”. Así, propone reemplazar la actual fórmula por otra -elaborada por el equipo del ex Ministro de Trabajo, Carlos Tomada- que tome en cuenta, alternativamente, la evolución de la inflación (IPC del Indec) y el Ripte (salarios de los trabajadores formales).
De ambos índices prevalecerá el que sea más favorable a los jubilados con la condición de que el Ripte sea consistente con la evolución de la recaudación del sistema de Seguridad Social. Si no cumple ese requisito, los haberes se ajustan por la inflación, de manera -dicen- de que no pierdan poder adquisitivo. Actualmente, las jubilaciones y prestaciones sociales se ajustan cada tres meses por un índice que combina un 70% de inflación y 30% de Ripte con un atraso de 6 meses. Por ejemplo, en junio (que se extiende a julio y agosto) se aplicaron los índices 70/30 de octubre-diciembre de 2018. En momentos de alta inflación eso perjudica a los beneficiarios.
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