¿Víctimas de su propia creación? Sergio Massa y su esposa Malena Galmarini fueron los principales impulsores de la ley de paridad de género. Primero en la Provincia, con varias movilizaciones mediante. Luego, esa iniciativa se terminó aprobando en el Congreso y regirá a partir de esta elección también para los cargos nacionales.
El massismo hizo de esa lucha una bandera. Ahora, con el cierre de listas a la vuelta de la esquina, esa herramienta electoral puede que se le vuelva en contra el tigrense.
La cuestión es simple: con la reforma impulsada por Massa y Malena, la mitad de los cargos que se ponen en juego deben ser ocupados por varones y la otra mitad, por mujeres.
En plena negociación con el kirchnerismo para integrarse con candidatos en las listas, Massa ahora afronta una dura presión de La Cámpora. Los K quieren que el tigrense “pague” el cupo femenino con dirigentes de su espacio. “Que se haga cargo de la ley que impulsó”, dicen insidiosos. El tema central es que el líder del Frente Renovador necesita renovar bancas que en su abrumadora mayoría están ocupadas por hombres tanto en la
Cámara de Diputados de la Nación como en la Legislatura. Por lo pronto, en la lista de diputados nacionales ya se está verificando esa presión camporista. A Massa le corresponderían cuatro legisladores, tres a salir y uno en la denominada “zona gris”. Traducido: no tiene seguridad de entrar porque está en el límite de las expectativas de bancas que tiene el peronismo kirchnerista.
Como el propio Massa encabeza las listas, las dos siguientes legisladoras que le tocan deberán ser mujeres. Por eso los nombres seguros parecen los de Cecilia Moreau y de Marcela Passo. Ambas irán por la reelección. Los diputados hombres que buscan renovar están complicados. Uno de ellos es el platense Raúl Pérez -uno de los negociadores del massismo-, que es quien quedaría en la denominada “zona gris”. El otro, el ex intendente de Mercedes, Carlos Selva, parece sin chances.
Sin embargo, el principal problema de Massa aparece en la Legislatura. La mayoría de las bancas que busca renovar el tigrense están ocupadas por varones. Y si se cumple la exigencia camporista, la mayoría de ellos quedarán en el camino o notoriamente relegados en las listas.
Por el momento, el único varón massista con reelección asegurada es el senador José Luis Pallares por la Tercera sección.
Los otros hombres massistas están complicados. Rubén Eslaiman busca renovar por la Primera sección. Por la Quinta intentan hacerlo el productor teatral Javier Faroni y Ramiro Gutiérrez; por la Cuarta Javier Mignaquy y por la Séptima, Ricardo Lissalde. Distinto es el caso de Juan Andreotti. Va por la intendencia de San Fernando en lugar de su padre Luis. El tema es que Andreotti padre querría ir como diputado, pero le caerían las generales de la ley que La Cámpora le quiere imponer a Massa.
La que estaría a salvo es Valeria Arata, la diputada de la Cuarta sección que no tendría obstáculos para ir por la reelección.
Massa estaría buscando resistir esa imposición que posibilitaría al resto de los sectores del Frente de Todos disponer de espacios para candidatos varones.
Por caso, la propia Cámpora empuja a Máximo Kirchner, Eduardo “Wado” De Pedro y Andrés “Cuervo” Larroque. Los camporistas no renovarán las bancas de Fernanda Raverta y Mayra Mendoza, que irán por las intendencias de Mar del Plata y Quilmes, respectivamente.
Otro motivo, además, para ajustar a Massa. Por el lado del sindicalismo, Hugo Moyano está pidiendo por su hijo Facundo. Y la CTA baraja dos nombres: Hugo Yasky y Roberto Baradel. Otro de los sectores que reclama un lugar para un varón es el Movimiento Evita, que empuja a Fernando “Chino” Navarro. ¿Y los intendentes? También buscan un lugar en la lista nacional. Los lugares apetecibles son los primeros quince, que se consideran seguros. Como a Massa, también les pedirían una mujer, y el nombre que más se menciona es el de Cristina Álvarez Rodríguez, la sobrina nieta de Eva Perón.
Otros nombres K que se mencionan para repetir como diputados son Adrián Grana y el platense Carlos Castagnetto. En tanto, sigue la tensión entre los sectores K y los intendentes del Conurbano por las listas seccionales. La falta de certezas en relación a los lugares en las listas que tendrán los alcaldes en las nóminas para la Legislatura profundizó el malestar en el Frente de Todos.
TENSIÓN EN EL FRENTE DE TODOS
La Cámpora acorrala a Massa y quiere hacerle “pagar” el cupo femenino
El sector ultra K pretende que la mayoría de los lugares que le tocan al tigrense sean para mujeres. Los varones, en peligro.
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