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El titular de la UCR, Alfredo Cornejo.
CONVENCIÓN DE LA UCR

Polémica, duros discursos e interrupciones por insultos

La primera decisión que aprobaron los convencionales fue la incorporación de la paridad de género en la carta orgánica de la UCR, impulsada por Lilia Puig de Stubrin.

La Convención Nacional de la UCR, que confirmó ayer (ver página 12) la pertenencia a Cambiemos del partido fundado hace 128 años por Leandro Alem, fue abierta por el presidente del cuerpo deliberativo, el cordobés Jorge Sappia, quien pidió "una decisión franca, ejerciendo el derecho democrático a opinar como históricamente lo hizo el radicalismo".
La primera decisión que aprobaron los convencionales fue la incorporación de la paridad de género en la carta orgánica de la UCR, impulsada por Lilia Puig de Stubrin.
José Antonio Artusi, de Entre Ríos, abrió la lista de oradores instando a los convencionales a "ratificar la permanencia de la UCR en Cambiemos, con reglas claras de funcionamiento" y con la convicción de que la UCR debe hacer su aporte para "consolidar" la alianza y la "democracia".
Luego se proyectó un video de homenaje a los dirigentes radicales fallecidos el último año, entre ellos el ex canciller Dante Caputo, la diputada porteña Débora Pérez Volpin (quien llegó a ese cargo de la mano de Martín Lousteau), el ex gobernador de Córdoba Eduardo Angeloz y Héctor Roquel. En ese tramo se incluyó un recuerdo al diputado Héctor Olivares, recientemente asesinado en cercanías del Congreso Nacional.
Poco después de la apertura de las deliberaciones, un grupo de convencionales elevó el tono para rechazar el acuerdo con Cambiemos, pero luego intervino el ex ministro Rodolfo Terragno, ex titular del radicalismo, quien dijo que la UCR debía poner "condiciones" a sus socios del PRO y de la Coalición Cívica de Elisa Carrió, algo, que, sostuvo, "no hemos hecho hasta ahora".


Pidió además "no ir detrás de quienes representan al populismo moderado", en alusión al peronismo de Alternativa Federal, y al apoyar la continuidad de la UCR en Cambiemos remarcó que "no podemos cambiar de posición a 26 días del cierre de listas".
La primera posición de ruptura fue del mendocino Juan Fernando Armagnage, opositor al gobernador Alfredo Cornejo, jefe de la UCR. El dirigente sostuvo que "el radicalismo debe salir de Cambiemos, una alianza que nos ha relegado de la consideración pública" y acusó al Gobierno de "profundizar la grieta", cuya apertura se atribuye al kirchnerismo.
También reprochó que la administración de Mauricio Macri deja "unas estadísticas de vergüenza (en términos) de pobreza, de desocupación, con pymes que cierran".
"No estamos dispuestos a seguir soportando a este gobierno", lanzó Armagnage, quien cuestionó a la cúpula de la UCR porque, dijo, "las decisiones partidarias se toman en la Casa Rosada y no en el Comité Nacional".
El convencional bonaerense Carlos Pérez Gresia, del sector rebelde, llamó al radicalismo a no seguir formando parte "de un gobierno que fracasó".
Pero ahí el diputado nacional porteño Facundo Suárez Lastra recogió el guante y sostuvo: "No estamos ante un gobierno que fracasó; hay una mala performance económica". Además, prometió que el Gobierno "está cerca" del retorno de las inversiones.
Suárez Lastra fue interrumpido varias veces con insultos por un sector de la militancia, que lo acusó de "arrastrado".
"Yo estaba con Raúl (Alfonsín) cuando en la Sociedad Rural no lo dejaron hablar y lo escuché decirles fascistas", retrucó el dirigente, quien criticó al kirchnerismo y al precandidato presidencial Alberto Fernández.
"A cualquiera le puede pasar por alto, pero a la UCR no puede pasarle por alto que un candidato presidencial diga que va a evitar las sentencias" judiciales contra ex funcionarios "K". Se apoyó en una cita del filósofo Santiago Kovadloff y afirmó: "Estamos ante una elección importante; estamos votando por algo más que un gobierno, estamos votando por un sistema político".
Por último, llamó a la UCR a no "tender puentes con la corrupción y el autoritarismo".

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