El banquero Sebastián Eskenazi, hijo del ex accionista de YPF y dueño del Banco de Santa Cruz, recibió el dinero negro que manejaba Daniel Muñoz, el secretario de Néstor Kirchner, según afirmó ante la Justicia el ex contador de la familia presidencial Víctor Manzares, quien estimó que lo invertido en la Argentina fue alrededor de 130 o 150 millones de dólares.
A la cifra deben sumarse unos 70 millones de dólares invertidos en el exterior, según reconstruyeron fuentes judiciales a la prensa metropolitana.
Eskenazi, mediante sus voceros, desmintió haber recibido ese dinero.
“El Grupo Petersen denuncia que tal versión es falsa y maliciosa y forma parte de la misma maniobra de desprestigio que ciertos personajes oscuros intentan impulsar desde hace tiempo para ensuciar a la familia Eskenazi y al Grupo Petersen, luego del fallido intento de extorsión del año 2017, por el cual están procesados por la Justicia", señaló la empresa a través de un comunicado.
Manzanares declaró durante tres días ante el fiscal Carlos Stornelli. Sugirió que los fondos pertenecían en rigor a Néstor Kirchner, reveló cómo se ocultaba la plata en casa de la madre del ex presidente, que se usaba un galpón con baño acondicionado como bóveda o en cajas fuertes a lo largo de la pared de una oficina, entre otras escandalosas revelaciones.
También habló de las maniobras de lavado de dinero que realizó Muñoz, el modo en que el juez Norberto Oyarbide cerró la causa por enriquecimiento ilícito de los Kirchner entre masitas y champagne. Y dijo que Cristina Kirchner le prometió que el pago por sus servicios profesionales iba a ser un Registro de la Propiedad Automotor en Buenos Aires, que debía poner a nombre de un testaferro suyo y darle el 20% de lo recaudado, pero al final terminó el mandato de la ex presidenta y la promesa no se cumplió.
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