Héctor Zabaleta, el ex ejecutivo de Techint detenido por el escándalo de los cuadernos, se convirtió en un nuevo arrepentido en la causa, brindó nombres de otras personas comprometidas y el juez Claudio Bonadio ordenó su liberación, indicaron fuentes judiciales.
Las fuentes revelaron que Zabaleta negoció con el fiscal Carlos Stornelli las condiciones para convertirse en imputado colaborador, el mismo camino elegido hasta ahora por los acusados Angelo Calcaterra, Javier Sánchez Caballero y Juan de Goycochea. Luego, Bonadio homologó el acuerdo.
Zabaleta fue detenido el lunes por la tarde luego de que se revelara durante el fin de semana que en los registros del chofer Oscar Centeno hay nueve operaciones con traslados de “bolsos” y “paquetes con dinero” que involucran al holding siderúrgico de Paolo Rocca.
Para muchos ejecutivos la figura del arrepentido se transformó en un salvoconducto que les podría permitir evitar la cárcel o al menos esperar el juicio oral en libertad. Es que la ley permite una reducción de pena importante para quienes aporten información verídica sobre el hecho que se investiga.
Durante todo 2008, de acuerdo con uno de sus cuadernos, el chofer llevó a Baratta nueve veces -desde abril hasta diciembre- hasta el edificio del Grupo Techint en la calle Della Paolera para retirar “un bolso”, “un paquete”, primero sin detalles de sus contenidos, luego Centeno hablaría de “dividendos”, de los “dividendos del mes”, de “paquetes con dinero”. No hablaba de cantidades todavía, no arriesgaba números de varios ceros en dólares, mientras llevaba al “Licenciado” o “el Lic.”, su forma de referirse a Baratta en las anotaciones.
Esos bolsos, esos paquetes, terminaban casi siempre -según el relato de Centeno- en un solo lugar: Uruguay 1306, el edificio donde está el departamento de Recoleta que compartían Néstor y Cristina Kirchner. Según el relato del chofer, Baratta mismo se encargaba de entregarlos en mano y quien los recibía era el ex secretario de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, muerto en 2016.
En el marco de la misma b, el ex chofer de Néstor y Cristina Kirchner, Rudy Ulloa, se presentó ayer en los tribunales de Comodoro Py. Según señaló su abogado, Adrián Tenca, Ulloa no declaró y solo se limitó a negar las imputaciones en su contra. El colaborador de los ex presidentes está acusado de ser partícipe necesario de la asociación ilícita presuntamente integrada por empresarios y ex funcionarios. En los cuadernos de Centeno, Rudy Ulloa -siempre apuntado como testaferro de Néstor Kirchner- aparece en reuniones con Baratta y con Nelson Lazarte. En un breve contacto con la prensa, tras presentarse en Comodoro Py, Tenca explicó que su cliente desconoció todas las imputaciones y descartó acogerse a la figura de arrepentido. “Cuando amplíe su indagatoria quizás dé más detalles”, añadió el letrado.
De acuerdo con las sospechas del fiscal Stornelli y la imputación del juez Bonadio, se cree que los empresarios beneficiados con la adjudicación de obra pública pagaban “retornos” a ex funcionarios. Los también arrepentidos Angelo Calcaterra y Javier Sánchez Caballero (Iecsa), y otros ejecutivos confirmaron las sospechas de las autoridades judiciales. Temprano por la oficina de Bonadio pasó otro imputado que había sido citado a indagatoria, el ex secretario de Minería, Jorge Mayoral. Negó haber recibido o realizado pagos ilegales y aclaró que no tuvo relación con los empresarios que aparecen en la acusación.
Alerta roja
Por otro lado, el juez Bonadio emitió ayer una alerta roja de Interpol para la captura internacional del ex director de la represa binacional de Yacyretá y dirigente kirchnerista Oscar Thomas, quien permanece prófugo desde el miércoles pasado en la causa de los cuadernos de las coimas. El abogado de Thomas, Juan Manuel Ubeira, dijo que su cliente “ni loco se iba a entregar hoy”.
Thomas está varias veces mencionado en las cuadernos de Oscar Centeno entregando coimas a Roberto Baratta.
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