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El informe muestra la delicada situación por la que atraviesan niños y adolescentes en el país.
ESTUDIO DE LA UCA A NIVEL NACIONAL

Revelan que dos de cada diez niños sufren de “inseguridad alimentaria”

También son afectados por problemas de hábitat, educación, salud y trabajo infantil, mientras que el informe reafirma que casi la mitad de los niños y adolescentes son pobres.

La situación de la niñez se torna alarmante en la Argentina: un estudio reciente de la Universidad Católica reveló que dos de cada diez padecen de “inseguridad alimentaria” y que uno de ellos directamente sufrió hambre en el último año. En tanto que un 48,1% de niños y adolescentes son pobres en términos de ingresos y en el interior de este grupo, la indigencia se ubica en el 10,2%.
La “inseguridad alimentaria” es definida como la “disponibilidad limitada e incierta en cantidad y calidad de los alimentos que permiten cubrir los requerimientos nutricionales de los individuos”, en este caso de los niños.
Los datos constan en un estudio denominado “Inequidades en el ejercicio de los derechos de niñas y niños” en el período 2010-17, que ayer presentó el Observatorio de la Deuda Social Argentina en la sede porteña de la UCA. Los responsables del trabajo advirtieron que los indicadores sobre las carencias de la niñez se mantienen estables, lo cual refleja los “problemas estructurales” que tiene el país.
El rector de la UCA, Miguel Angel Schiavone, dijo que la información sirve para encarar soluciones a la problemática de los niños en todo el país, sobre la cual el poder político debe “rendir cuentas”. El académico, que invocó al Papa Francisco, se preguntó en la misma línea “si se respetan los derechos humanos” cuando los niños permanecen con estos niveles de inequidad social.
“Como las razones éticas no parecen haber conmovido a los funcionarios, entonces decimos que hace falta mayor sensibilidad social”, afirmó Schiavone, según se pudo constatar en el auditorio de la casa de altos estudios. Allí, la exposición estuvo a cargo de la coordinadora del estudio, Ianina Tuñón.
Dentro de los números que reflejaron una realidad preocupante, la socióloga destacó como positivo el aumento de la cobertura alimentaria tanto en las escuelas como en institucionales barriales, un fenómeno que se registró especialmente en el Conurbano bonaerense.
También sostuvo que la Asignación Universal por Hijo (AUH) tuvo un efecto positivo en el sector más careciente de la población, aunque advirtió que “no es suficiente” para compensar las inequidades.

Números dramáticos
“Entre las conclusiones del trabajo, podemos decir que estamos lejos del ejercicio efectivo de los derechos del niño. Y que sigue pendiente el nombramiento de un Defensor del Niño”, sostuvo Ianone tras la presentación de las estadísticas. Algunas de ellas, diferenciadas por categorías, son las siguientes:
Alimentación: “Se estima un déficit alimentario total de 17,6%, y 8,5% en su nivel más grave. Al tiempo que la cobertura de acciones directas en el espacio de la alimentación se estima en 33,8%, siendo el Conurbano el espacio con mayor cobertura alimentaria directa (37,7%)”.
También destaca que 3 de cada 10 chicos comen en comedores escolares o barriales.
Salud: “El déficit de atención de la salud del niño/a sano en el último año se estima en 22,6% y en la atención de la salud bucal en 45,3%.
Las disparidades sociales regresivas para los sectores sociales más vulnerables respecto de los niños/as en estratos medios profesionales son de 3 y 2 veces. En el caso de la atención de la salud bucal, las infancias del Conurbano Bonaerense se encuentran espacialmente carentes frente a pares de otras áreas metropolitanas del interior del país y Ciudad de Buenos Aires”.
Hábitat: “Compartir cama o colchón para dormir es un indicador que guarda correlación con la estratificación social, pero también revela aspectos socio-culturales o hábitos relacionados con configuraciones familiares específicas. Se estima que dos de cada diez chicos/as comparte cama o colchón para dormir en 2017”.
Pobreza: “Un 48,1% de niños, niñas y adolescentes son pobres en términos de ingresos y en el interior de este grupo se estima en situación de indigencia al 10,2%. La pobreza por NBI se estima en 28% de la infancia y adolescencia. Mientras que la cobertura a través de AUH y otras transferencias no contributivas llega al 38,5%. La pobreza por ingresos se estima que alcanza al 54,2% de la infancia en el Conurbano Bonaerense (13% son indigentes)”.
Educación: “El 48,9% de los chicos en la escuela primaria carecen de ofertas en el espacio de las nuevas tecnologías y un estudiante de escuela estatal tiene 3,5 veces menos chances de acceder a esta oferta que pares en escuelas de gestión privada”.
El trabajo agrega, en este apartado, que “un 39,1% de los chicos/as entre 5 y 17 años no tienen una computadora en su hogar, 49,5% no tiene servicio de internet en el hogar, y 58,5% no tiene un celular propio. Las disparidades sociales son muy estructurales y es claro que perjudiciales para los chicos/as más vulnerables”.
Derecho a la información: “El 25% de los adolescentes no suele utilizar internet frente a un 48,6% en los chicos/as en edad escolar. La brecha de desigualdad social es muy amplia, un chico/a en el estrato trabajador marginal registra cuatro veces más de probabilidad de no utilizar internet que pares en el estrato medio profesional”.
Trabajo infantil: “El 11,8% de la infancia entre los 5 y 17 años realiza algún tipo de trabajo en el mercado o en el espacio doméstico de modo intensivo (5,3% en el espacio doméstico y 7,9% en el económico).
En los adolescentes el trabajo en cualquiera de sus forman asciende al 25,7% (18,6% en el espacio económico y 10,7% en el espacio doméstico). La propensión al trabajo en las mujeres se estima en 10,6% y en los varones en 13%, siendo mayor en tareas domésticas intensivas entre las primeras y en actividades económicas en los segundos”.

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