La oficina de Federico Sturzenegger está tomada por Star Wars. Entre la bandera argentina y el cuadro de José de San Martín emergen varias de las figuras emblemáticas de la saga de la que es fanático. Allí es donde analiza a diario el devenir argentino, pero también el global, y es justamente en ese lugar donde se prepara para los debates de fondo que comienzan hoy en el G-20 de ministros de Hacienda y banqueros centrales del que será coanfitrión.
Definiciones no le faltaron: desde "si alguien quisiera que en julio no tuviéramos más inflación, se sabe qué hacer" hasta "acá no hay ninguna vaca atada". Un mano a mano exclusivo en el que no aplica gradualismo de títulos.
-¿Cuál es su mirada sobre el rol de la Argentina en el G-20?
-El rol de la presidencia argentina es darle lugar a un debate que se dé de manera constructiva, más allá de que nuestro país tenga una posición tomada de sumarse al multilateralismo. Hay muchísimo para ganar en tanto nos abramos al mundo.
-¿Ofrecerán un dictamen final?
-Cada G-20 emite un comunicado con las recomendaciones más generales, hacia dónde va el mundo. Acá debemos buscar un equilibrio entre lo que los distintos países van a querer. Es una síntesis de hacia dónde van los debates.
-Uno de los ejes del debate gira en torno a las criptomonedas.
-Sí. Es un debate que está incipiente en el mundo. Hace dos meses que no se habla de otro tema; ahora, por supuesto, hay países como Suecia, cuyo banco central emitirá criptomonedas, y otros que piensan que eso va a cambiar radicalmente la arquitectura del sistema financiero representado en países de Europa continental. Si un banco central emite una criptomoneda, es muy posible que los depósitos a la vista de la gente pasen a la criptomoneda de la banca central.
-¿A qué se refiere en concreto?
-La criptomoneda propone un cambio radical. Aparte están los criptoactivos: de eso se va a hablar en otra sesión, de la que voy a ser chair [presidente], sobre financiamiento del terrorismo. Uno de los ejes más relevantes que se encontraron para activos como el bitcoin es que su gran movilidad los hizo muy atractivos para lavado de dinero y financiamiento del terrorismo. Esto es multilateralismo puro: tiene que ver con cómo regulamos los movimientos de dinero, y el mundo, que tomó este tema en Alemania, va a tener mucha fuerza en la Argentina.
-¿Le preocupa el nivel de deuda argentina?
-No. Tenemos un nivel de deuda bajísimo. La Argentina parte de niveles netos bajos. Así que, más allá de tener que hacer un proceso de convergencia hacia niveles de deuda más bajos, no es un tema.
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