El Gobierno anunció que liberará el precio de los combustibles, la cual estaba prevista para el 1° de enero del año próximo, a partir de octubre. De esta forma, serán las petroleras las que decidan el siguiente incremento de las naftas.
La variación se produjo porque los precios de los combustibles locales venían atados a un acuerdo entre la industria y las provincias, con supervisión del Gobierno nacional. En ese esquema, el sector pactaba importes con revisiones en base a la variación del peso frente al dólar y el precio del barril "criollo", que es el petróleo de producción nacional. A partir del 1° de octubre, ese pacto perdió la obligación de ser aplicado y cada empresa podrá establecer el precio que le parezca conveniente.
"Un aumento de los precios internacionales permitiría la liberación de los precios internos y de ese punto en adelante mantener la paridad con un funcionamiento pleno de la reglas de mercado", dice una nota del ministerio de Energía que blanquea esta situación.
"Desde el 13 de septiembre, se ha satisfecho esa condición", informa Energía a las petroleras, abriendo la puerta a la libre competencia.La "liberación" del mercado permitiría que las petroleras puedan bajar los precios de los combustibles cuando desciende el valor del petróleo a nivel internacional. También pueden subirlo si se da el fenómeno reverso.
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