El Gobierno nacional vinculó al kirchnerismo con las protestas de los movimientos sociales que ayer protagonizaron acampes y piquetes en Buenos Aires y denunció que esas protestas buscan generar una “sensación de ingobernabilidad” para que “fracase” la gestión del presidente Mauricio Macri.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, individualizó a la ex presidenta Cristina Kirchner como referente de un grupo que busca obstaculizar al Gobierno.
“Hay sectores que necesitan que fracase el cambio, empezando por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner”, dijo Peña en una conferencia de prensa en la Casa Rosada, donde estuvo acompañado por los ministros de Trabajo, Jorge Triaca, y de Producción, Francisco Cabrera.
Según el ministro coordinador, “el camino del cambio no tiene retorno”, porque “los argentinos lo decidieron”. Subrayó que el Gobierno quiere “poner el eje en cómo mejorar la situación de los trabajadores” mediante el diálogo y advirtió que, “si la propuesta es la vuelta atrás que los argentinos rechazaron, no hay espacio de discusión posible, salvo en lo electoral”.
En su crítica a Cristina Kirchner, Peña agregó que, “desde el 10 de diciembre, cuando no se le entregaron al presidente Mauricio Macri los atributos de poder, demostraron ese rechazo profundo a la voluntad democrática de los argentinos y eso puede explicar algunas actitudes de dirigentes que se abrazaban entre ellos”.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también, fue crítica con las protestas de los movimientos sociales en el centro porteño y en los accesos a la capital del país.
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