El Gobierno nacional admitió que el incremento de la indigencia y pobreza que reflejó el informe de la UCA, revela una “situación muy difícil” y prometió “políticas públicas” para revertir la tendencia. También aclaró que la marginalidad en la Argentina es un problema “estructural”, que no sólo se relaciona a las medidas adoptadas por Cambiemos en los últimos meses.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, volvió a apuntar a la “pesada herencia”. Dijo que el incremento de la pobreza representa un “sinceramiento de un costo (social) que ya estaba”, tras insistir en que durante el gobierno anterior se “destruyó la verdad”, mientras que hoy hay “estadísticas públicas que no son rebatidas”.
Por su parte, el presidente del bloque de diputados nacionales del PRO, Nicolás Massot, vaticinó un descenso de la marginalidad. “Este año pierdan cuidado que a fin de año la estadística dará en descenso”, sostuvo Massot en declaraciones a radio La Red. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en tanto, recogió un término del kirchnerismo para anunciar las próximas medidas de austeridad. “Hay que administrar, porque lo que hay que cuidar es la capacidad de compra del salario, el bolsillo de la gente”. Por su lado, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, celebró la reglamentación de la Ley de Emergencia Social, sancionada a mediados de diciembre pasado por el Congreso Nacional. “Tiene que ver con reconocer la existencia de la economía popular y que sea parte del plan productivo nacional”, consideró.
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