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CLAVE EN EL ARMADO DE LAS SOCIEDADES DE BÁEZ Y LOS KIRCHNER

Gendarmería allanó en Río Gallegos al escribano de Lázaro Báez

El operativo de la Gendarmería nacional en la escribanía de Leandro Albornoz duró nueve horas; se llevaron una decena de cajas con documentación y una CPU.

Luego de estar horas en la puerta de la escribanía de Leandro Albornoz, la Gendarmería nacional recibió la orden de allanamiento y pudo ingresar a las 23:40 del sábado al estudio de uno de los hombres clave en el armado de las sociedades de Lázaro Báez y la familia Kirchner.
Las fuerzas de seguridad habían arribado pasadas las 18 a la escribanía, pero el dueño de la misma pidió una orden de allanamiento para dejarlos ingresar, que finalmente fue conseguida por la noche. Albornoz estuvo presente en el lugar, acompañando a la Gendarmería nacional en el primer piso de Zapiola 180, pleno centro de Río Gallegos.
El allanamiento, en el que participaron 5 móviles de la gendarmería nacional y cerca de 20 efectivos, terminó en la mañana de ayer a las 8. Las autoridades se llevaron entre 10 y 12 cajas con documentación, bolsas con papeles y sobres y una CPU. Por el momento no se ordenaron nuevos operativos en esa ciudad.
Desde el exterior se alcanzó a observar que en la escribanía estaban las computadoras prendidas. En tanto que el personal que realizaba el operativo había ingresado con las cajas habituales para retirar documentación.
El estudio está ubicado en la misma manzana donde se encuentran las oficinas centrales de Austral Construcciones, una de las principales empresas de los Báez. Todas las sociedades conformadas por el empresario kirchnerista están registradas en la calle Libertad 141, actualmente llamada Alfonsín. Éstas oficinas ya habían sido allanadas en julio de 2015, en una investigación llevada a cabo por el juez Claudio Bonadío.
Albornoz confirmó ayer que mantiene una relación laboral "desde el 2004" con el empresario kirchnerista Lázaro Báez y aseguró que actuó bajo la ley.
Al salir de su oficina, Albornoz destacó la inocencia de su cliente hasta que la justicia "demuestre lo contrario".
Al ser consultado sobre si las operaciones realizadas por él se encuentran bajo la ley afirmó: “Sí, por supuesto. Tengo una responsabilidad profesional, mas como escribano”.
Por último, manifestó estar “preocupado” porque lleva “una vida tranquila y familiar” y ahora, con la causa por lavado que involucra a Báez, “el nombre y el prestigio profesional de uno se menciona a cada momento”.

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