El que se fue, resultó uno de los años más llovedores de la última década, con precipitaciones acumuladas a lo largo de los doce meses del calendarios que superaron ampliamente la marca de los 1.500 milímetros.
En ese contexto, Ramallo alcanzó los 1854 mm de registro pluviométrico anual, mientras que el resto del noreste bonaerense, algunas localidades superaban los 1600 mm. El sureste santafesino tuvo acumulados cercanos a los 1500 milímetros.
Las lluvias del final de finales de diciembre fueron muy dispares pero también muy oportunas para mantener las buenas condiciones de los cultivos. Y no fueron las últimas: el 31 de diciembre y en vísperas de un año nuevo, las precipitaciones volvieron a hacer su aparición en gran parte del territorio nacional.
Las excesivas precipitaciones fueron noticia durante gran parte del año: dejaron caminos intransitables, incrementaron los niveles de napas, produjeron anegamientos prolongados y caída de rindes.
Un ranking mojado
En el primer puesto del ranking está la localidad de Ramallo que recibió el máximo acumulado con 1854 mm. Le siguen Pergamino con 1646 mm, Álvarez con 1585 mm, Santa Teresa con 1567 mm y Labordeboy con 1487 mm.
A este top five se le suman una gran cantidad de localidades que, producto de la abundante caída de agua durante el año, se vieron afectadas por numerosas consecuencias no deseadas.
EFECTOS DE "EL NIÑO"
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