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ENFOQUE

¿El productor retiene sus granos?

La eterna discusión, que se reedita cada vez que las arcas oficiales crujen, es si en realidad se están liquidando las divisas de la cosecha en tiempo y forma.
Recordemos que sólo el complejo granario aporta más de 32.000 millones de dólares de los cuales un tercio pasa a engrosar los recursos fiscales de la Nación.
Ello se da en tanto y en cuanto los productores vendan sus granos, ya que los industriales y exportadores liquidan las divisas que ingresaron oportunamente para la compra de los mismos.
En tal sentido este ciclo es realmente atípico. A un clima inestable, con lluvias permanentes en las últimas semanas que atrasaron las tareas de recolección en forma muy significativa, se suma la incertidumbre que los productores tienen no sólo por la alteración de los precios de sus granos y la demanda mundial de éstos, sino también por las variaciones que puedan darse en el tipo de cambio local.
Ello se refleja en las ventas registradas hacia mediados del mes de junio. El volumen total alcanzó las 43,5 millones de toneladas, cuando a igual fecha del ciclo pasado ese volumen superaba las 56.2 millones de toneladas.
Este 30% menos que se registra en un año como el actual donde se espera un volumen final superior al del año anterior, aumenta si se consideran las operaciones efectivas a precio realizado, es decir, sin considerar las que están pendientes “a fijar precio”
Ello se observa en especial en los dos productos donde el nivel de intervención del Estado es mayor.
En el caso del trigo, el virtual cierre de las exportaciones llevó a que los operadores sólo cubrieran los cupos habilitados, quedando el resto a disposición de los molinos locales.
Mientras que en maíz, si bien el cupo total no fue cubierto aún, restricciones en la colocación de los saldos exportables, producto de la caída en los precios internacionales, restó incentivos a una venta masiva de los productores.
Si bien se espera una producción de maíz menor en 2014 respecto al ciclo anterior, el retraso en las ventas de este cereal es muy significativo.
A ello se suma una menor compra relativa de la industria y exportación de la soja, el principal cultivo argentino, que explica más del 75% del ingreso de divisas y el 83% del aporte fiscal.
Pero quizás el aspecto de mayor relevancia en este análisis es la evolución del tipo de cambio oficial, dado que estos commodities se comercializan en dólares y es este valor, el cual previo descuento de los derechos de exportación, es el que recibe el productor.
Las variaciones que este tipo de cambio sufrió en las últimas semanas, sumado a la incertidumbre de nuevas devaluaciones de darse un escenario de Argentina en “default” llevan a que el productor sea muy cauto a la hora de la venta de su producción.
No obstante ello, es de esperar que en el segundo semestre del año se intensifique la venta de los granos, dado lo avanzado del ciclo y la necesidad de los productores para hacer frente los compromisos derivados de la compra de los insumos tanto para la  siembra del trigo, como de los cultivos de cosecha gruesa (soja y maíz en particular).
En un ritmo cercano a los 2.000 millones de dólares en promedio liquidados mensualmente en la actualidad, se espera que en los dos próximos meses esa cifra pueda incrementarse en al menos un 50%, lo cual sin duda le dará mas oxígeno a la política económica local.


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