Las sucesivas olas de calor que agobian a los argentinos también complican a las vacas en las cuencas lecheras de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. El estrés térmico que provocan las altas temperaturas baja la cantidad de litros que produce cada animal en el ordeñe y genera pérdidas que el INTA estima en 300 millones de pesos, durante cada verano, porque se reduce el porcentaje de proteína y grasa en la leche y los rodeos pierden peso y condición corporal.
Los técnicos del INTA Lechero tienen un “termómetro” fiable para medir el impacto de una ola de calor en los establecimientos lecheros: el Indice de Temperatura y Humedad (ITH), que en las últimas semanas estuvo al rojo vivo.
A finales de diciembre, por ejemplo, tanto en el centro de Santa Fe y Córdoba, como en el norte, oeste y centro de la provincia de Buenos Aires (en esta región se concentra más del 90% de la producción argentina de leche), el índice midió 82 puntos. Son diez más que el nivel que establece el INTA para advertir que un animal puede sentir el impacto del estrés térmico (72 ITH).
Los tamberos del oeste bonaerense están preocupados por esta coyuntura. “Estos niveles de ITH provocan un alto estrés, difícil de soportar para las vacas, lo cual se expresa en que se está acentuando la caída en la producción estacional, e incluso hay una incipiente mortandad de animales, según han comenzado a reportar varios tambos”, informó la Cámara de Productores de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba).
Los tamberos explican que la persistente ola de calor agudizó la pérdida de humedad en las capas superiores de los suelos, que se han resecado en forma muy marcada. Además, anticipan que en este escenario es poco probable que se puedan confeccionar la cantidad y calidad de reservas que van a necesitar para el año que está comenzando. La pérdidas que va a generar el calor también pueden acentuar el estancamiento en el ritmo del ordeñe que caracterizó a buena parte del 2013 y que, además, afectó a las industrias que producen lácteos.
“Somos conscientes de que las lácteas están necesitando mucha más leche que la que reciben. Quisiéramos producir más, para lo que necesitamos precios más acordes a la situación que tenemos que enfrentar, con los mayores costos que estamos asumiendo”, plantean los tamberos bonaerenses, pero es un reclamo en el que también coinciden los productores santafesinos y cordobeses.
La realidad es que el precio que las industrias pagan por cada litro de leche subió, pero no en el porcentaje que reclaman los tamberos y bastante menos que los aumentos que abonan los consumidores en las góndolas de los supermercados, insiste Caprolecoba.
Para mitigar el impacto del calor es central la sombra y refrescar los animales y, así, evitar que bajen todavía más los indicadores reproductivos y que se generen condiciones propicias para la propagación de enfermedades.
Cómo protegerlas
El INTA distribuyó una serie de recomendaciones para reducir el impacto de las olas de calor sobre los animales. Hay que pensar en colocar sombras en los corrales de alimentación y lugares de descanso, por ejemplo. Se pueden fabricar con media sombra, mallas plásticas, paja, cañas, chapas y hasta bolsas de silo recicladas.
En el caso de los techos de chapa, se recomienda pintarlos de blanco en el exterior para reflejar la radiación solar, y de negro en la parte interna, para que absorban el calor emitido por el suelo y los animales.
La estructura de sombra debe estar orientada de norte a sur y cada animal debe tener un espacio de al menos 3,3 metros cuadrados. Además, se debe prestar especial atención a las pendientes del techo para optimizar el aprovechamiento de la sombra a medida que se produce su corrimiento.
También es clave enfriar a los animales antes del ordeñe con sistemas de ventilación y aspersión, que permiten bajar la temperatura corporal de un modo eficaz. En general, se utilizan caños de PVC, picos para riego de jardín y ventiladores grandes comunes.
PRODUCCION LECHERA
La ola de calor golpeó al tambo
Los productores muestran preocupación por la caída en el ritmo de ordeñe, mientras que el INTA efectúa recomendaciones para mitigar las altas temperaturas.
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