Con riego, se triplica el rinde de trigo
Un equipo de investigación del INTA evaluó durante siete años esta novedosa tecnología de riego subterráneo en siembra directa y para cultivos extensivos, que permite una gestión -del agua y de los nutrientes- precisa y eficiente.
La gestión del agua, cuando se implementa el riego por goteo subterráneo, es oportuna, precisa y eficiente. Y esta tecnología presenta numerosas ventajes, hasta triplica rendimientos de trigo, de acuerdo con las conclusiones a que arribó un equipo de especialistas del INTA.
La precipitación media anual en la región del estudio, en Manfredi, Córdoba, es de 757 milímetros, y el 80% de las lluvias se concentran en el semestre octubre-marzo. Además, existe más del 50% de probabilidades de registrar déficit hídrico en todos los meses del año, lo que limita y condiciona los rendimientos de los principales cultivos. Frente a este escenario, el agua de riego es un factor determinante.
Según explicó Ignacio Severina -especialista en riego del INTA-, el riego por goteo subterráneo presenta numerosas ventajas, entre las que se destacan “una mayor eficiencia en el uso del agua aplicada, debido a que se reducen significativamente las pérdidas por evaporación y deriva, escurrimiento y percolación profunda”.
En línea con una serie de ensayos realizados durante siete años, el especialista reconoció que “con 310 milímetros de riego promedio y esta tecnología triplicamos los rendimientos de trigo”. Además, detalló que se observaron resultados similares con los laterales a 80 centímetros y a 1 metro, mientras que, a partir de una separación de 1,60, el rendimiento se reduce un 10 %.
Para el caso del maíz, Severina explicó que no se registraron diferencias en la separación entre los emisores, mientras que con el secano hay casi 80 quintales contra un promedio de 150 quintales. En el caso de la soja, el riego tiene un 30% más de rendimiento que el secano, con 100 milímetros de riego aplicado.
Entre las numerosas ventajas de la tecnología, el especialista del INTA puntualizó que “el riego por goteo subterráneo permite la aplicación oportuna, precisa y eficiente de los principales nutrientes que requieren los cultivos, aprovechando al máximo su uso”. Los lotes que cuentan estos tipos de sistemas de riego presentan menores presiones de malezas y reducción de proliferación de enfermedades foliares, explicó Severina.
“Como si esto no fuera suficiente, también requieren menores caudales de agua comparado con los riegos por pivote central, lo que permite poder usarlos en zonas con mayores limitaciones del agua subsuperficiales”, indicó.
Estos sistemas de riego son adaptables a cualquier forma y topografía de lotes, lo que permite regar casi la totalidad del área -cerca del 98%- y la instalación se puede realizar por etapas. “Se pueden utilizar con energía fotovoltaica y reutilizar aguas residuales”, detalló Severina.
Si bien el especialista pondera los alcances de la tecnología, también reconoció que “demandan mayores costos de inversión inicial”. Al estar la mayoría de las partes del equipo de riego por debajo de la superficie del suelo, se dificulta detectar problemas de roturas, taponamientos y fallos en la uniformidad del riego.
A su vez, el sistema de riego requiere un estricto protocolo de mantenimiento que implica “la aplicación de ácidos, selección de un filtrado correcto, limpieza de colectoras, toma frecuente de presión, así como la necesidad de contar con personal capacitado para la detección y resolución de problemas”.
También con fertilización
Vicente Gudelj –investigador de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Marcos Juárez– explicó que “el principal factor de rendimiento del trigo es el agua y es fundamentalmente la almacenada previo a la siembra, porque permite sortear el período de escasas precipitaciones que generalmente ocurre a la salida del invierno y hasta que lleguen las primeras lluvias de primavera”.
El equipo de investigación del INTA recomienda analizar cada lote de trigo en particular y, según los resultados de los análisis de suelo, evaluar la viabilidad de fertilizar o refertilizar con nitrógeno, las condiciones del cultivo y la fertilización nitrogenada realizadas hasta ahora.
“La fertilización con nitrógeno en trigo es conveniente realizarla en presiembra o durante la siembra, si es que disponemos de sembradora que lo incorporen a un costado y debajo de la semilla. La fertilización nitrogenada en macollaje va a depender de una lluvia para que incorpore ese fertilizante”, aclaró Gudelj.
El nitrógeno (N), el fósforo (P) y el azufre (S) son nutrientes en los que hay respuesta a la fertilización en trigo. El zinc (Zn) es otro nutriente que en alguna oportunidad produjo incremento en los rendimientos cuando se aplicó en el cultivo de trigo.
Por otro lado, frente a una campaña marcada por La Niña, y luego que las precipitaciones fueran escasas, el productor debe considerar que el perfil de suelo tenga una buena recarga hídrica para el fin del verano y principios del otoño.
“Tenemos que cuidar esas reservas haciendo un buen control de malezas en el barbecho, para lo cual debemos eficientizar las aplicaciones utilizando la tecnología disponible y, en el caso de haber implantado cultivos de cobertura, suprimir el crecimiento tempranamente para que nos quede un mayor remanente de agua en el suelo a ser utilizada por el cultivo de verano a implantar”, concluyó el investigador.