El Día del Agricultor tiene su origen un 8 de septiembre de 1856, cuando se fundó la primera colonia agrícola en la provincia de Santa Fe, en la localidad de Esperanza.
En tanto, el inicio formal del Día del Agricultor y del Productor Agropecuario en Argentina se da un 28 de agosto de 1944, cuando se sancionó el decreto Nº 23.317 que instauró el día de homenaje tomando como puntapié la primera empresa colonizadora concretada en 1856 en la ciudad de Esperanza.
Según se recuerda, la primera colonia agrícola tuvo como protagonista a Don Aarón Castellanos, durante la gobernación de José M. Cullen. Fueron 1162 colonos que aquel 8 de septiembre, tomaron posesión de las parcelas asignadas.
De esta forma, en homenaje al Día del Agricultor y del Productor Agropecuario, en el centro de Esperanza se levanta el monumento a la Agricultura Nacional.
Don Aarón Castellanos, salteño nacido en 1799, participó de las luchas por la independencia y obtuvo el grado de teniente en el escuadrón de los Infernales de Güemes, más tarde fue empresario y político ocupándose en el tema de la inmigración.
Durante 1852 mantuvo conversaciones con Urquiza, en Paraná, capital de la Confederación Argentina, con el objeto de posibilitar el ingreso de labradores europeos a trabajar las tierras. Fue así que al año siguiente, Castellanos firma con Manuel Leiva, ministro de Gobierno de Santa Fe, un contrato de colonización agrícola, que bajo el sistema de subdivisión de la propiedad, otorgaba concesiones de tierra a familias colonizadoras.
A principios de 1856, llegan las primeras doscientas familias de suizos, estableciéndose así la primera colonia agrícola en Esperanza.
Tal como lo expresa el Decreto de creación del Día del Agricultor y del Productor Agropecuario, la fecha marca un momento decisivo en el desarrollo de la agricultura argentina.
Históricamente, el Día del Agricultor en la Argentina fue instaurado por primera vez en el año 1867 por Resolución del Concejo Deliberante de la Municipalidad de Esperanza. En 1944, el gobierno federal lo establece como una obligación a cargo del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación.
El trabajador agropecuario es un hombre de campo, y detrás de él hay toda una familia trabajando y luchando con mucha de dedicación y ahínco. Ellos constituyen un substancial eslabón de la cadena productiva. Debemos aprender a valorar el esfuerzo y dedicación de los agricultores y su enorme aporte al progreso de las naciones y de la sociedad en su conjunto. El respeto y la valoración de los productores, constituyen un compromiso con el fortalecimiento y desarrollo de los recursos más genuinos de nuestro país", agregó por entonces.
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