El trigo vuelve a cobrar protagonismo entre los cultivos de la zona núcleo.
PANORAMA AGROPECUARIO

La zona núcleo apuesta fuerte por el trigo

La región estima una alta inversión en fertilización con la expectativa de un rinde de 50 quintales por hectárea.

En la zona núcleo juegan fuerte para esta campaña de granos finos, porque según los informes de la zona núcleo reportan una importante intención de siembra de trigo y de inversión en el cultivo. La Bolsa de Comercio de Rosario destacó que para esta campaña de trigo se apunta a superar los 50 quintales por hectárea. 

Parte de este rendimiento será por medio de una apuesta del productor de aplicar una dosis de fertilización con urea de 250 kilos por hectárea, mientras que se venía aplicando 200 kilos. “Con un 40% de siembra, empieza a verse un efecto cascada y de contagio en la que se suman más hectáreas y más planes de punta en fertilización”, comentó la BCR.

La entidad planteó que el productor de la zona núcleo apuesta a una tecnología de punta, con el objetivo de superar los 50 quintales por hectárea. “En el norte bonaerense, afirman planes con más de 180 kilogramos de nitrógeno, según la fertilidad del lote, y aspiran a un potencial de 60 quintales por hectárea”, señaló el informe.

AccuRail, el invento agrícola argentino que se empieza a vender en el mundo: permite ahorrar hasta un 30% de fitosanitarios y mejora el rinde en un 3% con un costo de operación de US$ 1 por hectárea. El relevamiento de inversión en fertilización arrojó que la localidad de Bigand aplicará hasta 120 kg/ha de arrancador cuando la dosis base ronda los 80 kg/ha. Por otra parte, también se están seleccionando mezclas con micronutrientes como zinc.

En cuanto a la urea, las dosis pasarían de 150 kg/ha a 200 y 250 kg/ha. “Está la genética, las condiciones de suelo, la humedad y el condimento de una excelente fertilización.

Todo está dispuesto para tener un gran año triguero”, explican en Carlos Pellegrini, Santa Fe.

Avanza la siembra

Esta intención se vio plasmada en las primeras semanas de actividad con una superficie sembrada de 360.000 hectáreas. “El ritmo es vertiginoso para aprovechar la humedad presente. En estos últimos siete días se implantaron más de 360.000 hectáreas. Esto representa el 40 % de avance sobre la superficie proyectada para esta campaña.

El informe de la Bolsa de Comercio de Rosario destacó que el avance de la siembra está marcado por la humedad superficial de los lotes. “A nivel regional, el sector más adelantado es el centro-sur santafecino con un 80 % y le sigue el sureste cordobés con un 40 %. Donde recién están largando es en el NE y NO bonaerense con un 10 % a un 20 %, respectivamente”, informó la BCR.

A pesar de las intenciones de mayor superficie, las estimaciones reflejan un atraso en la siembra comparado con 2023. El avance es aún menor con el 40 % recién implantado y, en parte, se debe a que las condiciones hídricas son muy distintas, pero este año hay un cambio en el calendario de siembra para escapar de las heladas tardías que en las últimas campañas se vienen dando.

Se achica la cosecha de Brasil

La cosecha de granos en Brasil será este año un 5,9% inferior a la de 2023 debido a los efectos negativos de las condiciones climáticas en varias regiones del país, según la estimación difundida por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El dato puede hacer subir los precios de los commodities y beneficiar a la Argentina.

La entidad proyectó que la producción de cereales, leguminosas y oleaginosas será de 296,8 millones de toneladas en 2024, es decir, 18,6 millones de toneladas menos respecto al año pasado (315,4 millones) y se llevará a cabo en 78,3 millones de hectáreas.

"La reducción de la producción refleja el impacto de los problemas climáticos ocurridos en 2023 y 2024, desde la siembra de los cultivos con falta de lluvias en la región centro-oeste, hasta las altas temperaturas que acortaron el ciclo de algunos cultivos y redujeron la productividad", afirmó el IBGE.

Arroz, maíz y soya, los tres principales productos del país sudamericano, representarán en conjunto el 91,5% de la producción estimada y el 87,2% del área a ser cultivada. En el caso de la soja, se estima que la producción será de 146,7 millones de toneladas en 2024, es decir, un 3,5% a 2023. "Esto se debe a problemas meteorológicos, que deberían conducir a una menor productividad en 2024", apuntó el IBGE en su informe.

En cuanto al maíz, la estimación es de una producción de 114,5 millones de toneladas, un 12,7% menos que en 2023, mientras que la de arroz alcanzará 10,5 millones de toneladas, un 2,3% más que el año pasado.

Otros productos destacados son trigo, cuya producción se estima será de 9,6 millones de toneladas, 23,8% más que en 2023, así como sorgo que será de 4,3 millones de toneladas, un 0,5% más que el año pasado.

Qué pasará con el maíz y la chicharrita

Si bien la presencia de la chicharrita, una plaga en el sistema de producción nacional no es nueva, siendo endémica en el NOA y NEA desde hace tiempo, en la presente campaña ha experimentado una expansión territorial nunca antes vista hacia otras latitudes, según explican desde la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos (AAPPCE). 

Esta expansión ha provocado una pérdida generalizada de productividad del cereal, especialmente en el centro del país. Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, el rendimiento nacional ha disminuido de 70,3 a 65,0 quintales por hectárea según los datos del mes de abril. 

Este nuevo escenario genera gran incertidumbre entre los distintos actores del sector respecto al futuro del maíz. La falta de materiales genéticos tolerantes, la escasez de insecticidas registrados para el control de esta plaga y el desconocimiento en el manejo de la problemática son motivos de preocupación.

En particular, la comunidad de asesores profesionales ha experimentado diversas sensaciones frente a este proceso. Inicialmente, la impotencia por no haber podido predecir lo ocurrido para brindar una solución eficaz; luego, en algunos casos, cierta negación a contemplar nuevamente al maíz como cultivo por temor a volver a fracasar; y, finalmente, la incertidumbre.

Si bien el panorama puede ser poco alentador, al revisar el grado de percepción de asesores frente a la intención y recomendación de siembra, la postal puede ser heterogénea; revelan desde AAPPCE a partir de un relevamiento entre asesores agrónomos nucleados en sus 12 nodos distribuidos a lo largo de todo el territorio agroproductivo del país.

Según el relevamiento de la asociación, los asesores de las zonas donde la problemática no estuvo presente o fue muy incipiente no alterarían la intención de recomendación.

Mientras que algunos otros por diversas razones, como la necesidad de contar con maíz para consumo animal o profesionales de zonas endémicas que siguen apostando al maíz por otras razones, manifiestan que van a incluir el cultivo, pero reduciendo la extensión de la superficie de siembra.