El campo se encuentra en plena cosecha gruesa, que tiene buenos resultados en la producción aunque los precios no son los mejores. Pero ya pone la expectativa en la próxima campaña triguera que, de acuerdo con algunos pronósticos, se presume que puede tener rendimientos nunca antes alcanzados, con alta rentabilidad.
“El sector triguero tiene la oportunidad de lograr rendimientos récord”, aseguró Daniel Miralles, el coordinador técnico del congreso A Todo Trigo, cuya decimosegunda edición del congreso, que desde hace 20 años reúne a toda la cadena de los cereales de invierno, se realizó jueves y viernes en el Hotel Sheraton de Mar del Plata.
Miralles, docente e investigador de la FAUBA y el CONICET, dijo que la campaña que se avecina renueva expectativas y el congreso brindó las herramientas necesarias para aprovechar todas las oportunidades.
"Hoy tenemos una ventaja: en la mayor parte de las zonas trigueras del país partimos de una situación hídrica muy distinta a la del año pasado. El agua en la siembra explica entre el 50% y el 80% del éxito del cultivo. Si seguimos de la manera en que arrancamos, tenemos la oportunidad de lograr rendimientos récord y una alta rentabilidad debido a esto", destacó.
La nutrición del cultivo
"Recibimos una noticia muy buena sobre la baja del precio de los fertilizantes y de algunos insumos. Hace dos semanas, la tonelada de urea estaba a casi 900 dólares y ahora está en 560 dólares. En el último mes, ha mejorado notoriamente la relación insumo/producto", explicó el especialista e insistió con la idea de que la campaña de trigo tiene todas las fichas para ser exitosa.
En este contexto, A todo trigo no solo puso la lupa en el escenario actual, sino que también desplegó todas las tendencias y novedades que abren las puertas al futuro. "Cada año aparecen escenarios completamente diferentes; ya sean económicos, ambientales, productivos, políticos y sociales", dijo Miralles.
En el Congreso, más de 60 especialistas abordaron en tres salas simultáneas todos los temas significativos para la cadena. Entre ellos, los nuevos horizontes de la producción del trigo y el entendimiento de las demandas. "Lo ambiental tiene un peso cada vez mayor en los sistemas de producción", enfatizó Miralles y destacó que, por su sistema de producción en siembra directa, Argentina cuenta con algunas ventajas en lo que hace a huella de carbono. El tema "descarbonización" tuvo un espacio protagónico en la agenda, como así también la intensificación: cómo introducir mayor cantidad de cultivos en menos tiempo sin degradar los suelos.
Más cuestiones
La inversión en investigación para el mejoramiento del cultivo es un aspecto que también fue abordado, lo mismo que todo lo inherente al manejo en función de cada ambiente y el creciente debate entre fertilizantes químicos versus biológicos. Cada vez más los fertilizantes biológicos están teniendo un rol muy importante, pero los químicos son muy difíciles de sustituir en el corto plazo.
"Los biológicos no tienen aún el mismo impacto en el rendimiento y en la calidad de cultivo que podrían tener los químicos. Pero cada vez hay más investigación y desarrollo para generar mayores combinaciones de fertilizantes biológicos con otros químicos en dosis muy pequeñas, como son los micronutrientes. Estos exacerban los fertilizantes biológicos y, a su vez, mejoran la solubilización de fertilizantes químicos en el suelo. Todo ese combo hace que tengamos mejores respuestas", remarcó.
En el bloque de malezas, plagas y enfermedades, los especialistas dieron un pantallazo pormenorizado sobre los nuevos productos que aparecieron en el mercado; los momentos óptimos de control; las malezas y enfermedades resistentes; las plagas más relevantes y cómo manejarlos con tolerancia genética. Este segmento se cerró con la disertación de Diego Ferraro (FAUBA – CONICET), quien expuso sobre los modelos de riesgo para el uso de agroquímicos orientados a cuantificar cuál es la toxicidad que tiene cada esquema de rotación.
Otras alternativas
En el encuentro, también hubo un destacadísimo lugar para la cebada y los cultivos de invierno alternativos como el trigo candeal, la colza y la carinata. Estas dos últimas oleaginosas han demostrado mucho potencial: la colza, de la cual se extrae un aceite de altísima calidad empleado en el mundo gourmet, y la carinata, que permite producir biocombustibles para aviones (biojet).
"Cada vez más, los sistemas han pasado de regirse por decisiones cualitativas a decisiones cuantitativas. ¿Cuántos kilos necesito sembrar? ¿Cuánto fertilizante necesito aplicar? ¿Cuánto es mi nitrógeno en suelo?", explicó Miralles.
La agricultura está evolucionando y este cambio de paradigma se relaciona mucho con la tecnología de datos. Por eso se dio un espacio relevante para las nuevas tendencias en materia digital, las Ag-tech y las novedades en maquinaria de siembra y cosecha.
A 20 años del primer congreso triguero, Miralles reflexionó sobre los cambios en el cultivo del trigo y sostuvo que la principal evolución tiene que ver con el conocimiento. ¿Ahora, cuánto camino falta recorrer? Para este reconocido investigador, uno de los mayores desafíos pasa por el autoabastecimiento de fertilizantes, principalmente los nitrogenados. "En la actualidad, el 50% del fertilizante que se usa en trigo es importado. Necesitamos desarrollar Vaca Muerta para duplicar la producción de urea en la Argentina y lograr el autoabastecimiento", enfatizó.
La otra materia pendiente pasa por un marco jurídico que otorgue previsibilidad para desarrollarse y abrir nuevos mercados. “Los países demandan trigo, no hay duda; el tema es buscar quién nos puede comprar el cereal y ser competitivos en los mercados del mundo. Para eso debemos avanzar en la reducción o la eliminación de las retenciones, que son un impuesto a la exportación que no tiene ningún sentido", concluyó.
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