El precio de la soja a marzo subió ayer 10,2 dólares y trepó a 580,08 dólares, en la continuidad de la tendencia alcista de las últimas semanas producto de temores sobre la producción que afecta a la Argentina y a Brasil por el déficit hídrico.
En tanto, el valor de la oleaginosa a mayo creció U$S 10,38 y alcanzó un valor de U$S 582,65, apenas 5% por debajo del máximo histórico de U$S 612, que alcanzó en julio de 2012.
A noviembre se operó en U$S 521,11 de acuerdo con la información del sitio especializado Agrofy.com.ar, que refleja la cotización en el Mercado de Chicago.
"La explicación pareciera estar en la oferta, a raíz de una previsible reducción productiva y una mayor resistencia a desprenderse de esta mercadería por parte de los tenedores", explicó Manuel Alvarado Ledesma, economista especializado en agro de la Fundación Libertad y Progreso.
Ledesma indicó que "las dos potencias sojeras del hemisferio sur, la Argentina y Brasil, muestran perspectivas pesimistas de producción, pese a las recientes lluvias, y en consecuencia los fondos operan con fuerza, acentuando la tendencia de los precios".
"Los pronósticos de tiempo seco –continuó- sobre gran parte del país, de cumplirse, agravaría el déficit hídrico que viene de meses atrás, pese a las precipitaciones recientes".
Agregó que "en el Medio Oeste de Brasil, según las predicciones climáticas, las lluvias retrasarían el avance de las cosechadoras, con su consecuente incidencia negativa sobre la calidad de los granos".
En ese sentido, la Bolsa de Rosario emitió la semana pasada un informe en el que indicó que "la zona de escasez y sequía avanzó en los últimos siete días del 50 al 60% justo cuando el 90% de la soja de primera entró de lleno en el período crítico en la región núcleo".
"No hay lluvias importantes a la vista para la segunda semana de febrero y podrían volver después de la segunda quincena", advirtió.
La entidad remarcó que "hay nerviosismo y preocupación en el centro sur de Santa Fe, oeste de Córdoba y en algunas zonas menos favorecidas del norte bonaerense, como en San Antonio o en la franja costera".
De allí que esta mejora en los precios sea mirada con recelo porque es consecuencia de factores climáticos que perjudicarán a muchísimos productores.
Sobre las ventas del producto, Ledesma sostuvo que "en Brasil el ritmo viene mucho más despacio que en campañas anteriores" y "en la Argentina, la comercialización de la presente campaña pasa por un proceso, aunque con diferentes matices, bastante similar, algo lógico en vista del horizonte productivo".
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