El estudio de las interrelaciones entre la superficie y la atmósfera a una escala espacial y temporal pequeña resulta fundamental para entender el impacto del clima en las actividades humanas y la vida en la Tierra. El INTA realiza diferentes análisis experimentales para conocer el potencial de su aplicación en el agro.
Los fenómenos meteorológicos pueden clasificarse según su duración y extensión espacial. Es de esta manera que los estudios desarrollados en meteorología y climatología abarcan las siguientes escalas: microescala (micrometeorología), mesoescala (tormentas, brisa de mar y tierra), escala sinóptica (frentes, ciclones) y escala planetaria (clima regional, circulación general de la atmosfera y el océano). Todos estos fenómenos en sus diversas escalas se relacionan con la actividad agropecuaria.
La micrometeorología permite diferentes aplicaciones en el agro, como medir la emisión de gases, la evapotranspiración para mejorar el riego, la dispersión de microgotas de productos por la turbulencia atmosférica, el transporte de fitopatógenos como la roya, la concentración vertical y horizontal de polen de maíz en la época de floración por los cruzamientos genéticos, entre otros.
Entre otras aplicaciones, se usa para el abordaje de variables extremas como las heladas, el comportamiento y el avance de plagas y enfermedades, la variabilidad en la distribución del agua disponible y, hoy también, en determinadas prácticas de manejo para un adecuado cuidado ambiental.
DECIDIR CON HERRAMIENTAS
COMENTARIOS