El precio de la carne bovina y el impacto que sufre la cadena de valor desde el campo al mostrador, es decir, desde el productor al consumidor, tiene un incremento vertiginoso, hasta aumentar cuatro veces.
Un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) reflejó que el precio del ternero se multiplica por cuatro desde que sale del campo hasta que llega al mostrador. Pero, además, analizó cómo se modificó la preferencia de cortes y la demanda entre los períodos antes y durante la pandemia del coronavirus.
El trabajo demuestra que la carne tuvo un precio promedio de $324,56 por kilogramo, de ese precio el ternero representa el 24,7% ($80,06), el feedlot el 26,6% ($85,30), el frigorífico el 7,3% ($23,62), la carnicería el 12,9% ($41,79) y los impuestos el 28,9% ($93,79).
En este marco, FADA detalla que del precio final de la carne, el 64,6% ($209,66) son costos de la cadena, 28,9% ($93,79) impuestos y 6,5% ($21,11) resultados. La cadena presenta un resultado global positivo, mientras que el feedlot continúa presentando pérdida de -$1,43 por kilo de novillo en pie.
Efecto cuarentena
El informe además apunta directamente a analizar la cadena de valor y la demanda de carne por parte del consumidor, así destaca que al comienzo de la cuarentena se dio un aumento del consumo producto del intento de las personas por aprovisionarse. Luego comenzó a normalizarse la demanda en términos de volumen pero con cambios en la composición. “Básicamente, disminuyó la demanda de cortes de parrilla como el asado y las achuras y aumentó la demanda de cortes para horno y cacerola”, explicó el economista David Miazzo.
Asimismo, se evaluó el comportamiento del mercado externo durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio que decretó el Gobierno nacional por la pandemia a nivel mundial. En este punto, es menester mencionar que China mantuvo firme las compras incrementando de enero a marzo de 2020 un 17,7% respecto al primer trimestre de 2019, aunque bajaron respecto al último trimestre. También, destaca FADA, aumentaron significativamente las compras por parte de Rusia, Estados Unidos y Chile, mientras que se mantuvo variable la compra de Países Bajos y una caída de Alemania e Italia por 5% y 26,7% respectivamente.
Tres tendencias
En las últimas semanas se han verificado tres tendencias. Por un lado, una caída abrupta de las exportaciones a Europa, en especial de los cortes de mayor valor, entre ellos cuota Hilton. Este tipo de carne enfriada que se exporta a Europa se utiliza principalmente en restaurantes y hoteles, actividad que está prácticamente paralizada en Europa. Por otro lado, China lleva varias semanas con recuperación de la demanda, luego de la caída de enero y febrero cuando tuvo su pico de Covid-19. La última tendencia es una caída de los precios de exportación, producto de la caída de demanda y la baja de precios de gran parte de los productos agropecuarios.
“Si bien el escenario no es claro, para el resto del año se puede esperar una demanda retraída con impactos negativos en los precios. Si bien en algunos países del hemisferio norte la situación puede comenzar a normalizarse en los próximos meses, la caída de la actividad económica, el aumento del desempleo y la pérdida de poder adquisitivo serán consecuencias que perdurarán”, analizó el economista Miazzo.
En este contexto, dentro de la oferta de carnes, “la carne bovina es tal vez la que más puede sufrir, ya que es la carne más costosa, por lo que ante caídas del ingreso es sustituida por carnes más económicas como el pollo o el cerdo. Esta reacción de los consumidores es esperable a nivel mundial y a nivel Argentina”, asegura FADA, y completa: “Será clave para Argentina mantener un tipo de cambio real competitivo, que permita amortiguar la caída de precios a nivel internacional y seguir traccionando la producción de hacienda y carne. De lo contrario, el precio de la carne estará acorralado por la caída de precios a nivel internacional y la caída del poder adquisitivo y el consumo en el mercado interno”.
COMENTARIOS