El sector agropecuario pude sentir la influencia del valor del dólar y las tasas de interés, pero en estos momentos su preocupación es otra. En tanto, el productor está preocupado por el factor climático y su impacto en las siembras de granos gruesos o cultivos de verano, habiendo terminado ya con la siembra de los cultivos de invierno.
Si tenemos que evaluar el comportamiento del productor, no hay una retención a vender adicional por el efecto elecciones. La retención a vender por parte del productor involucra un solo cultivo: la soja y se debe a una cuestión de precios relativos más que a una actitud defensiva ante la incertidumbre del resultado electoral.
Los precios de la soja no convencen a los productores pues en más del 40% de las zonas productoras de soja del país, si el productor vende a los precios de hoy, su margen bruto da negativo y ningún productor quiere vender si esto implica que está perdiendo plata.
Prueba de ello es el volumen de ventas que el productor lleva acumuladas en el caso del trigo y del maíz. Estos dos cultivos han tenido rindes récord, con muy buenos precios a cosecha.
En el caso del trigo, el productor pudo vender buena parte de su cosecha a 200 dólares la tonelada, un precio impensando al momento de la siembra allá por el invierno de 2018 cuando el trigo Enero 2019 cotizaba a 170 dólares la tonelada.
La menor producción de Estados Unidos, Rusia, Australia y Canadá provocó un fuerte aumento en el precio internacional del trigo y mucha demanda se volcó sobre el Mercado de trigo argentino. La Argentina pudo vender a terceros destinos Extra-Mercosur por la caída de la producción y saldos exportables de los cuatro principales exportadores del mundo.
En el caso del maíz, rindes récord con precios de 150 dólares la tonelada en cosecha, con picos de 170 dólares la tonelada a mediados del mes de junio, tuvieron el mismo efecto que en el trigo, márgenes brutos muy positivos y los productores obtuvieron la mayor ganancia por hectárea de los últimos cinco años. Así en el balance, los productores vendieron 30 millones de toneladas de maíz y 16 millones de toneladas de trigo, entre los dos el récord de ventas histórico es de 46 millones de toneladas. En cambio en lo que hace a la soja, los productores vendieron 31 millones de toneladas y les quedan por fijar 8,5 millones de toneladas de la oleaginosa.
El saldo neto de ventas de soja a precio y fijadas es de 22,5 millones de toneladas. Por lo tanto, el resultado final es que los productores han hecho caja con la venta de trigo y de maíz y han retenido la soja porque no les convenía vender a precios de pérdida.
En los próximos días nada va a cambiar sustancialmente, salvo una suba inesperada del dólar y el productor sojero ganará más por el alza en el valor de la moneda norteamericana que por un incremento eventual en el precio de la soja.
(*) Consultor.
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